Imagenes de la «Princesa Qajar» junto a su presunta historia se han esparcido por todo el internet, sin embargo, la verdad te dejará incluso más interesado.
En los últimos años, fotos de una supuesta «Princesa Qajar» han circulado ampliamente en redes sociales, acompañadas de relatos que la presentan como un ícono de belleza en la Persia del siglo XIX. Algunos de estos relatos afirman que “13 hombres se quitaron la vida” tras ser rechazados por ella. Sin embargo, esta narrativa es engañosa.
Los posts que presentan a la «Princesa Qajar» en realidad combinan imágenes de dos princesas persas distintas: Fatemeh Khanum «Esmat al-Dowleh» y Zahra Khanum «Taj al-Saltaneh». Ambas fueron hijas del Shah Naser al-Din y vivieron vidas notables, pero no hay evidencia de que hayan provocado tragedias amorosas.
Esmat al-Dowleh, casada a temprana edad, destacó como anfitriona de diplomáticos europeos, mientras que su hermana, Taj al-Saltaneh, divorciada dos veces, se convirtió en una escritora feminista, adelantada a su tiempo, que denunció la opresión de las mujeres persas.
Taj al-Saltaneh, recopiló en su libro Memorias de una princesa persa; del harén a la modernidad, muchos de sus pensamientos que dejaban ver su oposición a la coacción de la libertad de las mujeres en su sociedad. En uno de los pasajes expresó, «Cuando llegue el día en que vea mi sexo emancipado y mi país en el camino del progreso, me sacrificaré en el campo de batalla de la libertad y derramaré mi sangre libremente bajo los pies de mis cohortes amantes de la libertad que buscan sus derechos».
Algunas publicaciones destacan que los estándares de belleza persas de la época incluían vello facial en mujeres, esto es lo único en que acertó la información manipulada por los usuarios. Los bigotes en el rostro de las damas eran un símbolo de la belleza en la Persia del siglo XIX.
Lo cierto es que estas princesas representaron mucho más que una imagen viral: fueron figuras clave en la historia de Persia. La difusión de estos mitos nos recuerda que, a menudo, las historias virales en redes sociales simplifican y distorsionan la realidad.