Alberto Fujimori, expresidente de Perú ha fallecido coincidiendo con el aniversario de la muerte de su peor enemigo, Abimael Guzmán.
Nunca te imaginarías que tu muerte va a ser el mismo día y a la misma edad que la de tu mayor enemigo. Ese es el caso del expresidente de Perú, Alberto Fujimori, quien falleció el 11 de septiembre de 2024 a los 86 años, exactamente tres años después de la muerte de Abimael Guzmán, fundador de Sendero Luminoso, quien también tenía 86 años cuando murió.
Fujimori, que había recuperado su libertad meses antes, murió en la casa de su hija Keiko Fujimori, en San Borja, Lima. Fue su hija quien confirmó la noticia.
«Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma. Gracias por tanto papá! Keiko, Hiro, Sachie y Kenji Fujimori.» informó Keiko en su cuenta en X.
Durante su gobierno, Fujimori lideró la lucha contra el terrorismo en Perú, declarando la guerra a Sendero Luminoso, un grupo insurgente que inició su actividad en 1980 con el objetivo de instaurar un régimen maoísta en el país. Desde su llegada al poder en 1990, Fujimori implementó estrategias como la creación del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y operativos militares para capturar a líderes terroristas. En 1992, la captura de Abimael Guzmán, gracias al Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), marcó un punto decisivo en la lucha contra el terrorismo.
Ambas partes, tanto Sendero Luminoso como el gobierno de Fujimori, fueron responsables de graves violaciones de derechos humanos. La organización terrorista llevó a cabo masacres y atentados, mientras que las fuerzas de seguridad estatales fueron acusadas de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones. El conflicto armado dejó alrededor de 70,000 muertos o desaparecidos, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
Fujimori, cuyo mandato presidencial terminó en el año 2000, será velado en la sede del Ministerio de Cultura, y se han decretado honores de estado en su memoria, conforme al Reglamento Ceremonial de Estado para expresidentes. Las ceremonias funerarias incluirán protocolos militares y estarán marcadas por la presencia de autoridades nacionales.