Suelo tener miles de ideas descabelladas al día. Muchas de ellas nacen de la curiosidad sobre la proveniencia, veracidad o – incluso – la funcionabilidad de alguna cosa o servicio. En otras palabras, me cuestiono sobre el porqué de las cosas: una mezcla de ‘el absurdísimo del mundo’’ de Sartre y mi infantil fisgoneo por saber que hay dentro de ese aparato.
La ultima de estas grandes curiosidades ha sido sobre la autenticidad del show de la cadena ABC; Shark Tank. Para ser sincero, a lo mejor habré visto quizás solo un episodio completo. Sin embargo, son varios los cortos, resúmenes y reseñas que me he tragado durante mis tiempos de ocio frente al celular. Tantos son los productos, tanto es el dinero que se parecía invertir. Esto, sumado a la producción, a las ingeniosas y cómicas respuestas de los participantes, al drama y los sonidos especiales. Genuinamente llegué a sospechar si los inversionistas del show de verdad invertían en estas compañías.
Tal y como pasó con el show de Donald Trump en donde se suponía que el ganador entraría a trabajar en próxima vecindad con el magnate termino siendo una farsa siendo los ‘ganadores’ puestos en cargos como pasantes, sin ser pagados y atendiendo tareas que no encajaban ni con sus habilidades ni expectativas. Creí que si me ponía a investigar a lo mejor encontraba una de estos escándalos o controversias en el show de inversionistas. Pero para mi sorpresa los resultados no fueron los que yo esperaba.
La Realidad en un Reality
Shark Tank si tiene cierto grado de producción televisiva pero solo en medida que hace al programa interesante de ver para la audiencia. Los inversores han sido preparados para mostrar interese e incluso tratar de jugar con los peachers. En otras palabras, que exageren un poco todo por el bien de la televisión. Sin embargo, todos los productos que aparecen son reales y un gran número de los productos que han sido ‘elegidos’ por los inversores de verdad se encuentran en el mercado. Muchos de ellos incluso haciendo referencia a su participación en Shark Tank.
Como comentó Mark Cuban, mundialmente conocido empresario y uno de los sharks de la serie, a Yahoo Finance en 2019 ‘’ Es nuestro dinero, es real’’.
“Ellos simplemente traen trato tras trato tras trato. No sabemos nada de ellos —explica. “Dirán, este es Joe y Sally, y este es el nombre de su negocio. Y entrarán y darán su discurso».
“Ahora en la televisión, puede tomar de 10 a 14 minutos. En la vida real, si es un trato estúpido, pueden pasar 20 minutos antes de que terminemos. Y luego, si es un trato intenso, puede durar 90 minutos, dos horas», continuó Mark.
Esto resuelve en efecto parte de mi duda; si bien los productos y/o servicios no son inventados, las negociaciones reales no se pasan en televisión. Por lo general son una versión acortada y dinámica de lo que sucede. Además, solo un cuarto de las personas que dan su pitch aparece en televisión, reservados únicamente para los más llamativos, agraciados, o awkward para entretener y satisfacer las demandas de la industria del entretenimiento.
También sucede, como explica Mark, que muchos de los productos son ‘embellecidos’ y no terminan cumpliendo con lo que prometen. Por lo cual todo trato está sujeto a revisión después de hacerse.
«Si decidimos hacer un trato, entonces tenemos la oportunidad de hacer la diligencia debida (due diligence: que es la investigación para confirmar hecho o detalles de un asunto en consideración) después del hecho, porque a veces embellecerán, es la forma educada de decirlo», continuó Mark. «
Ya sabes, ‘Mi widget costó $ 1 y vendimos un millón de ellos’, cuando, en realidad, el widget costó $ 10 y vendieron seis». Cosa que al parecer ocurre bastante.
Algo muy similar afirma Alexander Torrenegra, el shark de la versión colombiana de la serie. Torrenegra comenta que los pitches son reales, pero que duran alrededor de 30minutos a 60 minutos. Es el equipo de posproducción quien se encarga de cortarlo todo a 10minutos.
‘’ Las reacciones de los tiburones y las negociaciones son reales. No están escritos ni libreteados. La única orden de producción es que usemos las frases: ‘tengo una oferta’ y ‘por eso, me quedo fuera’ – añade.
Por último, del due diligence también es algo que se lleva a cabo una vez las cámaras están apagadas. Es solo después de realizarlo que la inversión puede llevarse a cabo.
Un artículo publicado por Forbes fueron 319 los tratos cerrados en las primeras siete temporadas de Shark Tank US. De esos 319, 237 fueron entrevistados descubriendo que un 73% de las compañías tuvieron un trato diferente de aquel que se vio en la televisión. Otros 43% de los entrevistados revelo que sus trato no se materializaron después de aparecer en Shark Tank.
Había encontrado por tanto mi respuesta, Shark Tank era real pero algunas limitaciones aplicaban, como es de imaginarse. Además, Torrenegra nos explica que los pitches están ya preseleccionados por producción, los tiburones no saben de quién era el pitch cosa que no suele ocurrir en las negociaciones reales, algunas empresas acuden solo por motivos de publicidad, y concluye diciendo que los inversionistas no tiene mucho control sobre el formato del programa en donde antes de ser los dueños del circo son los payasos. Por lo general son los inversionistas los que desarrollan y gestiona sus propios mecanismo.
Triste por la gente que fue engañada decidí investigar un poco más. Resulta que sí, en efecto no pudieron conseguir el trato, pero la visibilidad que les dio aparecer en televisión internacional fue ciertamente una gran ayuda para el negocio que algunas de estas empresas presentaron.
Este es el caso de Matt Canepa y Pat Pezet con su compañía Grinds la cual vende bolsas de tabaco masticable para quienes quieren dejar de fumar. El trato que su compañía obtuvo y que apareció en la temporada 4 del show, no llego a desarrollarse en la etapa ‘real’ de negociaciones. Sin embargo, gracias a la aparición en el show sus ventas se dispararon.
El mundo de las inversiones es un mundo muy delicado y con muchos riesgos. Quizás por la naturaleza del mismo verlo en televisión me aprecia muy fuera de lo común para ser cierto. Pero al parecer gran parte de las inversiones ocurren de esta manera, gente nerviosa presentando un producto, miles de cálculos hechos sobre la marcha (luego revisados, claro) y la seria posibilidad de perder la inversión o, como sucede, que las ganancias estén proyectas o en stocks, por lo que no se tiene el dinero hasta que se vende la compañía. Me alegra que este tipo de contenido llegue a la televisión por cable, creo que pude servir de inspiración a muchas personas con ganas de crear productos, o invertir.