Talibanes

Con el regreso de los Talibanes al poder, la vida de la comunidad LGBTQ+ en Afganistán se ha convertido en una pesadilla.


No es que todo fuera perfecto antes -las personas LGBTQ+ en Afganistán se enfrentaban a muchos prejuicios y discriminación-, pero ahora ser gay significa arriesgar tu vida.


El periódico británico The Guardian se puso en contacto con algunos afganos y contaron sus historias, sobre todo, sus temores. Laila (nombre ficticio), por ejemplo, es una mujer transgénero. «Estoy aterrorizada. Es como una pesadilla. No me siento segura ni en mi habitación. Tengo miedo de los Talibanes. Cuando los veo, siento que sabrán quién soy y vendrán a golpearme, a darme patadas o a enviarme a la cárcel», declaró a The Guardian.


Rehmat (nombre ficticio), por su parte, es un hombre gay que teme por su vida. «Me da miedo cuando recibo llamadas de números desconocidos, me preocupa que puedan ser los Talibanes».


Algunos miembros de la comunidad LGBTQ+ consiguieron escapar, como Nemat Sadat, un activista que ahora se encuentra en Estados Unidos, que no duda: «los talibanes no tendrán piedad«.

Muchos otros, sin embargo, han permanecido en Afganistán y tratan de esconderse. The Guardian informó sobre mujeres trans que se dejan crecer la barba y personas que se cambian de casa cada pocos días. De este modo, esperan protegerse de la detección y evitar ser identificados por los Talibanes.


La gran preocupación por el destino de las personas LGBTQ+ en Afganistán y de las mujeres afganas se debe a la ideología radical de los Talibanes. De hecho, los talibanes practican la sharia (ley islámica) de forma extremista y sus acciones han demostrado que no son más moderados que en el pasado.

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