¿Qué habrá hecho Bill Wiese para merecer ir al infierno? es la pregunta que se hacen muchos de los seguidores que han creído su historia, en la que asegura haber muerto durante 23 minutos y haber conocido el inframundo. Bill contó que cerca de la medianoche su cuerpo se separó de su alma y fue llevado por un largo túnel hasta su destino.
«Hacía mucho calor y aterricé en un piso de piedra en una celda de prisión del infierno. Había muros de piedra, rejas, era más como un calabozo, un calabozo sucio, apestoso y lleno de humo», narró Bill. Para él, lo peor fue escuchar los constantes gritos de miles de personas en lo más profundo del infierno.
Contó sobre un demonio que le arrojó en la celda donde permaneció aislado, así como también la sensación que tuvo cuando sintió que el calor le consumía y los demonios le arrancaban trozos de carne que luego quemaban. Aunque muchos criticaron su historia y dudaron sobre su veracidad, Bill, contó su vivencia en un libro llamado «23 minutos en el infierno» que terminó convirtiéndose en un bestseller, según New York Times. “El calor era insoportable, me preguntaba cómo podría estar vivo. ¿Por qué estoy aquí, cómo llegué aquí?, contó Bill como parte de su experiencia.