Julen Madariaga, uno de los fundadores de ETA, ha fallecido esta pasada madrugada en Bilbao, a los 88 años. Según ha adelantado el diario El Correo, su muerte llega después de una larga enfermedad.
Nació en Bilbao en 1932. Su padre era uno de los dirigentes del Partido Nacionalista Vasco, y antes de la Guerra Civil tuvieron que huir a Chile. Julen Madariaga regresó al País Vasco en 1942, donde estudió náutica en la Universidad de Cambridge.
Junto con José Luis Álvarez Emparanza ‘Txillardegi’, José María Benito del Valle y Rafael Albisu, entre otros, Madariaga fundó ETA entre 1958 y 1959. Durante más de tres décadas, formó parte activa de la banda terrorista. Participó en la redacción de sus bases ideológicas y, también, colaboró con los grupos que cometían asesinatos en España.
La primera vez que le detuvieron fue en 1988. Madariaga fue condenado tras hallarse un almacén con armas en Hendaya, Francia. Durante la Operación Sokoa, las autoridades incautaron en su domicilio cajas de herramientas de bazocas, y fue acusado de facilitar a ETA los imanes con los que pegaban las bombas-lapa.
En 1991, tras cumplir condena, regresó a España y se instaló en Bilbao. Madariaga formó parte de la creación del partido político Herri Batasuna. Sin embargo, poco después, rechazó la violencia que estos defendían y se apartó de la formación. Madariaga fue uno de los miembros de la banda que más insistieron en la necesidad de negociar una salida pacífica con el Gobierno de España.
En el año 2000, regresó a la política para apoyar la creación de Aralar. El fallecido se convirtió en una de las principales voces dentro de la izquierda abertzale. Este partido reclamaba a ETA la disolución y el fin de la “lucha armada”.
En 2020, Madariaga publicó sus memorias, En honor a la verdad. Un libro escrito en euskera clásico en el que narra su experiencia en ETA, la evolución de la banda, y en el que justifica su creación como una reacción a la dictadura de Francisco Franco.