El Real Madrid apagó todos los incendios de Alemania venciendo por 0-4 y consiguiendo de manera aplastante el billete para la final de Lisboa.
Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo, ambos por distintas razones, se erigieron en los grandes protagonistas y héroes blancos en la histórica victoria merengue en Munich. Ancelotti planteó un partido muy inteligente, en el que todo hay que decirlo, ganó la partida de ajedrez claramente a Guardiola de principio a fin de la eliminatoria. Como bien habían anunciado desde el vestuario madridista, no querían cometer el error de Dortmund y la consigna desde el principio era la de salir a marcar y no esperar encerrados las acometidas bávaras. Así, a los 10 minutos, Bale avisó con un disparó desde 40 metros que se marchó alto tras un error en un despeje de Neuer. Sólo fue el preludio del diluvio blanco que cayó sobre el Allianz evitando cualquier tipo de calor en forma de llamas. Con el Real Madrid bien situado y dominando la situación, Modric votó un córner al segundo palo que Sergio Ramos se encargó de mandar a la red con un testarazo valiosísimo y con gusto a revancha tras el penalti fallado hace dos temporadas. El éxtasis madridista no se quedó ahí, ya que apenas unos minutos después una falta sacada magistralmente por Di María, fue peinada por Pepe y rematada a las mayas alemanas de nuevo por Sergio Ramos. El sevillano vengaba muchas malas noches en Alemania y prácticamente sentenciaba la eliminatoria, además de silenciar al guardameta alemán que tan equívocamente se mofó del camero hace dos temporadas.
Quedaba el récord de CR7
Con los goles del central de Camas, el Bayern se hundió y el Real Madrid se creció. Ante esta situación, los blancos sacaron a relucir el arma que tanto temía Guardiola. Los madridistas volvieron a mostrar sus dotes de atletas y en una vertiginosa y maravillosa contra nacida en su propia área por Bale, el balón terminaba en los propios pies del galés que cedió el gol en bandeja a Cristiano que entraba por la puerta grande en la historia de la Champions convirtiéndose en el único futbolista capaz de anotar 15 goles en una sola edición. La fiesta no terminó ahí, y el conjunto de Ancelotti siguió manejando la situación tras la reanudación. Los alemanes eran incapaces de generar peligro sobre la meta defendida por Casillas, que no tuvo que hacer de las suyas. Ya en el minuto 89, y con el partido adormecido, CR7, insaciable como siempre, transformó una falta de pillo por debajo de la barrera logrando el doblete y el número 16 en la competición en tan sólo 10 partidos. Además, el Real Madrid de Ancelotti logró también batir el récor de goles en una edición por un mismo equipo en posesión hasta ayer del Barça de Guardiola y del Madrid de Mourinho en 35, con la friolera cifra de 37 a falta de la final.
La única mala noticia merengue de la noche fue la absurda pero merecida cartulina amarilla que vio Xabi Alonso que le impedirá disputar la final de Lisboa. Ancelotti lo lamentó por él pero seguro que encuentra la solución para que el equipo no note su ausencia. El baño táctico y futbolístico de Ancelotti demuestra porqué es el cuarto entrenador de la historia en llegar a cuatro finales de la Champions. Al final llovió blanco sobre Munich y no se quemó nada.