Los científicos han descifrado el código genético de la mosca tsétsé hematófaga, dando esperanzas de que el descubrimiento ayudará en los esfuerzos futuros para combatir una de las enfermedades del ganado más devastadoras de África subsahariana y que es propagada por el insecto.
Según ha anunciado la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), el genoma de la mosca tsetsé ha sido secuenciado y anotado gracias a un esfuerzo colectivo internacional de diez años en el que ha participado el Laboratorio de Control de Plagas de Insectos, gestionado de forma conjunta por la FAO y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena.
Este descubrimiento permite a los científicos estudiar mejor los genes de la mosca y sus funciones, conocimiento que debería abrir la puerta a la investigación de formas de combatir el insecto.
Las moscas tsetsé –que se encuentran únicamente en África- son vectores de los parásitos unicelulares que causan la tripanosomiasis, o nagana, una enfermedad a menudo mortal que afecta a unos tres millones de animales en la región cada año, con un coste enorme para los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de los agricultores.
La enfermedad provoca un estado de debilidad crónica en el ganado que reduce su fertilidad y la producción de carne y leche, impide que aumente de peso y lo debilita demasiado para ser utilizado para la labranza o el transporte, lo que a su vez afecta a la producción agrícola.
La picadura de esta mosca en los seres humanos puede provocar la enfermedad del sueño, que puede ser mortal sin el tratamiento adecuado.
No existe vacuna contra la enfermedad para el ganado o los seres humanos, debido a que el parásito es capaz de evitar los sistemas inmunológicos de los mamíferos, por lo que los métodos de controlar estas moscas se basan principalmente en trampas, tratamientos con plaguicidas y estrategias de liberación de machos estériles.
La mosca tsetsé se erradicó con éxito de la isla de Zanzíbar, usando la técnica del insecto estéril y en la actualidad están siendo suprimidas en partes del sur de Etiopía. En enero, Senegal informó de que estaba haciendo un progreso significativo en áreas infestadas en la región de Niayes con el mismo método.