Ritmo, intensidad, velocidad, ganas y goles. Así fue la primera media hora de los blancos. Los jugadores madridistas sabían la importancia que tenía salir de su estadio con un buen resultado para poder ir con tranquilidad a Alemania y así poder centrar todo sus esfuerzos en los próximos partidos ligueros que se antojan casi definitivos en sus opciones al título.
Los mejores deseos merengues se cumplieron a los 3 minutos cuando Benzemá filtró un balón en el área para que Carvajal cediera a Bale que con un toque sutil batió por bajo al guardameta alemán. Los locales no querían sorpresas y siguieron presionando y robando arriba, cerca del área rival. Las ocasiones se sucedían. Primero un lanzamiento de Cristiano desde lejos, y luego una falta bien ejecutada por el luso, hicieron trabajar al meta visitante. Sin embargo, el segundo gol del Madrid llegó con una de sus mejores armas. Tras un córner del Borussia, Bale, Cristiano e Isco salieron como almas que lleva el diablo, y cuando parecía que la ocasión se desbarataba, el propio jugador andaluz se inventó un magnífico disparo junto al poste para hacer el segundo y llevar la tranquilidad a la grada. El gol volvió a insuflar aire a los blancos que tuvieron, mediante otro libre directo, el tercero en las botas de Bale. Así se llegó al descanso.
Sentencia y susto
Tras el paso por los vestuarios, el míster visitante, Jürgen Klopp, tiró las líneas más arriba buscando un gol que le diera vida en la eliminatoria. El Real Madrid, con su once bien situado en el campo, buscaba aprovechar una ocasión que sentenciara la misma. Faltaba el gol de Cristiano que le diera el pichichi histórico en una edición de la Champions, y tras un robo de Modric, éste dejó sólo al luso que regateó a Weidenfeller y logró el tercero para su equipo. El gol desató la locura en la grada e hizo olvidar los pitos del pasado fin de semana, demostrando que los aficionados están plenamente con su estrella.
Sin embargo, el corazón de todos los madridistas se paró cuando a los 80 minutos Ronaldo se tiró al suelo y pidió el cambio. El portugués se retiró por su propio pie dejando entrever que no es nada serio, entre una atronadora ovación del Bernabéu. El encuentro no dio para más, y los blancos cumplieron con la idea de dejar sentenciada la eliminatoria tras el 3-0 conseguido.