Casi medio millón de palestinos están atrapados en el norte de Gaza sin ayuda humanitaria tras la ofensiva del ejército de Israel.
Desde hace más de una semana, el norte de Gaza se encuentra totalmente aislado debido a la ofensiva militar israelí, que ha impedido la entrada de ayuda humanitaria y ha intensificado sus ataques aéreos y terrestres, según el medio árabe Aljazeera. Decenas de personas han perdido la vida en los últimos días, y miles están atrapadas en una situación desesperada.
La operación militar, centrada en la ciudad de Jabalia, ha dejado a decenas de miles de personas sin acceso a alimentos ni agua. Según el ejército israelí, la ofensiva busca evitar que Hamas se reagrupe en la región norte de Gaza y eliminar cualquier resistencia armada. En esta área, los soldados han establecido barreras con vehículos militares, drones y muros de arena para aislar aún más la zona.
La situación humanitaria es crítica, con hospitales que reportan un alto número de heridos, muchos de ellos mujeres y niños. Personal médico y ambulancias también han sido atacados, según Médicos Sin Fronteras. A pesar de las órdenes de evacuación emitidas por Israel, muchos residentes han decidido permanecer, temiendo que los llamados «zonas seguras» sean también atacados.
Se estima que alrededor de 400,000 personas están atrapadas en el norte de Gaza, según datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA). Los bombardeos y la falta de suministros han provocado un colapso en las condiciones de vida, agravando la ya frágil situación en el enclave.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación ante la posibilidad de una ocupación militar de Gaza, lo que violaría el derecho internacional, según organizaciones como la ONU y Amnistía Internacional. Aunque Israel afirma que no busca reocupar Gaza, algunos analistas señalan que las acciones recientes sugieren un interés en despojar a los palestinos de sus tierras en el norte.
La guerra en Gaza continúa, y con cada día que pasa, la crisis humanitaria se profundiza, mientras miles de familias permanecen atrapadas en una lucha que parece no tener fin.