Entre los efectos de la radiación en las Islas Marshall, está la mutación de especies y una «tumba» contaminante para el océano pacífico.
Bikini y Enewetak, atolones en las Islas Marshall, fueron el escenario de más de 23 detonaciones entre 1946 y 1958, con 67 armas nucleares que equivale a más de 7.000 veces la fuerza utilizada en Hiroshima en 1945. Este lugar fue también donde se detonó la primera bomba de hidrógeno y ahora se encuentran fuera del alcance del mundo exterior.
Estos lamentables hechos causaron efectos devastadores en el Atolón Bikini, uno de ellos fue el dezplazamiento forzoso de los habitantes nativos y por otro lado la perdida de los ecosistemas originales. Sin embargo, la toxicidad de la zona ha creado nuevas especies, por ejemplo, se han avistado tiburones mutantes con una sola aleta dorsal y corales gigantes.
Steve Palumbi, profesor e investigador de ciencias marinas en la Universidad de Stanford, estudia los efectos de la radiación nuclear en estas islas.»Hay tiburones nodriza en las Islas Marshall con solo una aleta dorsal», comentó. «La creencia popular es que la radiación causa mutaciones, y es cierto».
El impacto de las bombas nucleares en el Atolón Bikini va más allá de los bombardeos. Ahora, existe la preocupación de que la radiación se esté filtrando al océano Pacífico a través de una cúpula de concreto en la cercana isla de Runit, conocida como «La Tumba».
Esta cúpula fue construida a finales de los años 70, y contiene aproximadamente 35 piscinas olímpicas de desechos radiactivos. A pesar de que la vida marina prospera de formas extrañas, la zona sigue siendo peligrosa para los humanos. Un informe de la ONU señaló una «contaminación ambiental casi irreversible».
Isla fantasma e indígenas enfermos
El atolón Bikinil fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2010 debido a las pruebas nucleares realizadas allí. Antes de las explosiones, los isleños vivían de cultivar plantas y pescar. Ahora, la isla permanece deshabitada, excepto por un pequeño grupo de cuidadores. Los alimentos y el agua deben ser importados debido a la contaminación.
Palumbi mencionó: «La radiación dejada por las bombas se infiltra en todo». Las plantas de la isla están cargadas de cesio-137, un isótopo causante de cáncer. A pesar de esto, algunos residentes están regresando lentamente a Enewetak Atoll, alentados por el gobierno de EE.UU.
La anciana de la comunidad, Alson Kelen, quien creció en el atolón Bikini, declaró: «Los cánceres continúan de generación en generación». El Tribunal de Reclamaciones Nucleares de las Islas Marshall tiene una lista de cánceres relacionados con la exposición nuclear en su población.