Nuevo estudio italiano revela que el Santo Sudario de Turín podría haber sido donde Jesús fue envuelto antes de ser sepultado. 

Científicos han revelado nuevas pruebas que podrían respaldar la autenticidad del Santo Sudario de Turín, un antiguo trozo de lino que ha sido objeto de fascinación y controversia durante siglos. Esta tela muestra la imagen de un hombre barbado, y muchos creen que es el sudario que envolvió el cuerpo de Jesús tras su crucifixión. Sin embargo, durante años ha habido desacuerdos sobre su origen, con algunos expertos considerándolo una falsificación medieval.

Recientemente, investigadores italianos del Instituto de Cristalografía del Consejo Nacional de Investigación han utilizado tecnología avanzada de rayos X para analizar ocho pequeñas muestras del sudario. Sus estudios han indicado que la tela podría tener alrededor de 2.000 años, coincidiendo con el período en que Jesús vivió, según las estimaciones basadas en el calendario juliano y en los relatos bíblicos. Este hallazgo contradice un estudio de 1988 que, utilizando la datación por carbono, sugirió que el sudario fue fabricado entre los años 1260 y 1390, lo que lo ubicaba en la Edad Media.

El líder del estudio reciente, el Dr. Liberato De Caro, ha argumentado que las muestras antiguas pueden estar contaminadas, lo que habría afectado los resultados del análisis de carbono realizado anteriormente. Este nuevo enfoque utiliza métricas específicas como la temperatura y la humedad para obtener una datación más precisa, lo que ha llevado a reconsiderar la autenticidad del sudario.

El Sudario de Turín ha sido preservado en la catedral de San Juan Bautista en Turín, Italia, desde 1578, y ha sido estudiado intensamente por científicos, teólogos e historiadores. Desde la década de 1980, se han publicado más de 170 artículos académicos revisados por pares sobre esta tela en un intento de resolver el misterio de su origen. A lo largo de los años, se han documentado marcas en el sudario que algunos investigadores interpretan como heridas de la crucifixión, incluyendo señales de una corona de espinas, lesiones en los brazos y los hombros, y laceraciones en la espalda.

A pesar de la falta de consenso definitivo sobre su autenticidad, el Sudario de Turín continúa siendo un objeto de devoción para muchos y un enigma científico que sigue desafiando a los expertos. La nueva investigación reaviva el debate sobre si esta antigua reliquia es realmente el sudario que envolvió a Jesús o si es un artefacto de origen posterior.

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