Todo viajero real y cometido con la causa pretende conocer los lugares más recónditos de cualquier destino. No les gusta seguir filas ni las atracciones turísticas, quiere conocer lo desconocido, perderse en las calles y callejuelas que quizás ni los mismos locales conocen.

Esta realidad es apoyada por varias investigaciones y empresas en el sector turístico las cuales pagaron por llevar a cabo estas investigaciones en el primer lugar. Una de las empresas contratadas, Research Dive reveló que los viajes de lujo rondarán un 8.8% del crecimiento mundial en ese mercado para el 2028. Según la empresa Booking, el 20% de los viajeros están dispuestos a pagar más por servicios – incluidos hospedajes y atracciones – diferentes. El 66% prefiere alojamientos exclusivos mientras que un 77% prefieren lugares con poco o ninguna persona.

Combinando su instinto personal y su experiencia viajera con los datos y probabilidaes del mercado,  Felix Demin se propuso buscar un lugar que satisfaga estas necesidades y hacerlo un negocio. Fue asi que empezó con su primer hotel en bali The Bubble Hotel Bal localizado en la Playa Nyang Nyang. Se trata de un grupo de burbujas transparentes, colocadas de manera tal que los huéspedes puedan disfrutar completamente de su entorno sin tener que ‘vestirse elegante’ ni mucho menos, solo pasar el tiempo.

Tras la popularidad de este, abrió otros dos grupos de burbujas uno en la selva de Ubud, y otro en Nungalán todos en Bali.

Tras el éxito de estas burbujas, Felix se propuso un reto aún mayor. Gracias a la ayuda de Alexander Lebedev, un ex agente de la KGB y reconocido multimillonario – puesto 358 de los más ricos del mundo con una fortuna de 3100 millones de dólares – es que dio un salto en el rubro del que ya había demostrado tener visión.

Es así que se crea la primera villa vacacional del mundo en un jet privado – sin pilotar, obvio – en un acantilada a más de 150 metros sobre el mar.

“Externamente adquirimos un avión a reacción que hemos convertido en un hotel de lujo. Mi socio, el ex banquero Alexander Lebedev invirtió en el proyecto Private Jet Villa, un hotel-villa en un antiguo viejo Boeing 737 que se encuentra sobre una roca y que hemos reconvertido en una villa privada de una elegancia exquisita, sin perder ni un ápice de la estructura propia del avión. Mi objetivo es crear hermosos espacios y momentos significativos que enriquezcan la vida de los huéspedes brindando una experiencia inolvidable de vivir en un lugar único”, comenta Demin sobre su nueva ventura.

El avió cuenta con una habitación suite de lujo, baños a los que se acceden a través de escotillas, una terraza – que es la misma ala del avión viendo al infinito – cocina privada, bar con barra, y escritorio para ejecutivos.

¡Una verdadera hazaña!

WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com