Esta noche, a las 22.30 horas, Equipo de investigación en La Sexta analiza el caso de Jorge Lozano Belver. Este hombre madrileño está acusado de estafar más de 4,3 millones de euros a sus familiares y amigos más íntimos.
Su nombre, Jorge Lozano Belver, era lo único verdadero que tenía en su vida este estafador de 45 años. En su último golpe, fingió que era ingeniero industrial y tenía una empresa de obras públicas. Aseguraba a sus amigos que su padre tenía una cadena de restaurantes y que su madre era pediatra.
La historia que Lozano se inventó para construir su papel incluía que había servido al ejército. Incluso llegó a contar que había ido a la guerra de Bosnia, donde se jugó la vida. Sin embargo, el hombre era contable y todo formaba parte de un plan mayor que empezó a dejarse ver y acabó por salir a la luz.
Las personas que compartían su día a día con él le definen como “un tipo ideal, un caballero que se hacía querer, que te hacía favores aunque no se los pidieras y sin esperar nada a cambio”.
Jorge Lozano se ganaba la confianza de sus víctimas, incluso llegaba a tener relaciones íntimas con ellas. Se hacía con parte de sus ahorros prometiéndoles ganancias o justificando la compra de inmuebles. Sin embargo, el dinero no volvía ni compraba nada.
Mantenía un alto nivel de vida, cada tres días aparecía con un coche nuevo, todos de alquiler. La historia que se había inventado justificaba a la perfección todo lo que hacía, pero se trataba de una mentira.
¿De qué se le acusa?
A finales de enero de 2020, la Policía Nacional detuvo a Jorge Lozano en un restaurante de Madrid. Llevaba huyendo de la justicia más de un año. “Sabía que esto iba a pasar, pero es lo único que sé hacer, llevo toda la vida, y lo hago muy bien”, declaró Lozano cuando le detuvieron.
Anteriormente, la Audiencia Provincial de Logroño lehabía condenado a tres años y medio de prisión por estafar más de 400.000 euros a una familia. El acusado había huido de la justicia y llevaba escondido desde 2017.
Con su última estafa consiguió recaudar 310.264 euros. La Fiscalía de Madrid pedía ocho años de prisión por falsedad documental y delito continuado de estafa, sin embargo, la condena se quedó en tres años y medio. Antes de su detención, había extremado las precauciones porque sabía que le estaban buscando.