Hasta ahora, las escuelas chinas han sido conocidas por su adicción al trabajo y el exigente ritmo que imponen a los alumnos. Ahora, sin embargo, algo puede estar cambiando. Hace dos días, el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, máximo órgano legislativo de China, aprobó una nueva ley que reduce las tareas de los alumnos.

La ley recomienda que los colegios y los padres reduzcan la carga de deberes y actividades extraescolares de sus hijos, para «organizar adecuadamente» su tiempo. Este tiempo debe dividirse entre el estudio, el descanso y la actividad física.

Además del recálculo de los deberes, también hay otras medidas, como algunas disposiciones relacionadas con la web. Por ejemplo, los padres, como tutores legales de sus hijos, también son responsables de evitar que los jóvenes se vuelvan adictos a Internet.

Esta medida llega unos meses después de que el gobierno de Xi Jinping prohibiera los videojuegos en verano. Según la nueva normativa, ahora los niños chinos sólo pueden jugar a los videojuegos durante una hora al día, tres días a la semana (viernes, sábado y domingo).

Sin embargo, la cláusula sobre la culpabilidad de los padres en caso de comportamiento delictivo o muy negativo de los hijos no aparece en el texto final. Esta hipótesis, filtrada en los medios de comunicación la semana pasada, preveía someter a los padres de los niños a un programa especial de orientación, considerándolos de hecho culpables de no haber educado correctamente a su hijo o hija.

Anteriormente, el gobierno chino también se pronunció sobre el número de hijos en las familias, abandonando definitivamente la política del hijo único.