Al menos cinco explosiones de bombas en un mes registró la policía de esa localidad, mientras su cuerpo de oficiales trataban de dar con la identidad y el paradero de la o las personas que aterrorizaban la vida cotidiana de la ciudadanía.

En menos de 48 horas  detonaron dos de los artefactos explosivos que aniquilaban la tranquilidad de los habitantes de Austin en el estado de Texas Estados Unidos. La Calle Galindo Street es una de las afectadas desde allí  Kristen Henke, habitante de la zona y de 22 años  expresó: «Creo que la gente ha intentado seguir con su vida de la mejor forma posible. Yo me siento más inquieta, es una sensación que no se pasa. No sabemos qué ocurrirá luego».

Todo comenzó el 2 de marzo al norte de Austin cuando el joven Anthony House, de 39 años murió al tomar un paquete en la puerta de su vivienda, lo mismo ocurrió con Draylen Mason en Olfort Hill Driveel el 17 de este mes, ambos afroamericanos;  horas más tarde una mujer de origen hispano quedó gravemente herida en Galindo Street. La última bomba explotó este martes por la noche en Brodie Lane, a sólo 14 minutos del sitio  donde se escuchó la  penúltima explosión.

Al cierre de esta nota se conoció que el atacante se hizo explotar durante un operativo para su captura en Round Rock, un pueblo al norte de Austin. El FBI determina si este individuo tenía cómplices, por lo que aún se mantienen en alerta.

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