En los últimos años, ha aumentado el uso de plataformas en los platós de televisión. Plataformas en los pies, queremos decir ¿Moda? ¿Complejo de altura? El caso es que las chicas de Mujeres y hombres y viceversa (myhyv) no dudan en calzarse vertiginosos tacones, aun a riesgo de caer escaleras abajo…
Sin duda, el tacón hace a la mujer más sexy, más atractiva, más elegante… pero las participantes de myhyv parecen realmente drag queens. Así, pues, más que féminas son estandartes. Además, el tacón perjudica seriamente la salud. Sí. Y, si no que se lo pregunten a Virginia Llanos, pretendienta de Efrén y, más tarde, colaboradora del programa de las mediodías de Telecinco.
La chica, que hasta que entró al programa en 2008 hechizada por Efrén estudiaba Económicas, le pilló el gustillo a bajar las escaleras del plató del amor. Así, un lejano día de hace dos años, muy enfadada porque no la dejaban hablar desde su puesto como «gancho», se abalanzó escaleras abajo, terminando en el último peldaño bien aovillada.
Afortunadamente, todo quedó en un susto. Y en muchas risas: desde el público, pasando por los cámaras, hasta Emma García, desternillados de risa. Y es que no hay momento más estelar para un programa de Mediaset que una caída para subir unos cuantos puntos la audiencia.
¿Realidad o ficción?
Si analizamos el vídeo, no se ve más que a Virginia doblando una pierna, pero no en el suelo. Y no será por falta de cámaras que pudieran haber captado el instante. ¿Podría ser una caída dentro del guion? Quién sabe.
Volviendo al uso de tacones, más de un chico se ha marcado el objetivo de andar con ellos. Por ejemplo, hace poco, los pretendientes de María y Aguasantas se vestían de Travoltas, hasta que dos de ellos salieron disfrazados de Sandy, la rubita de Grease. También, un lejano día, en que aún ocupaba el trono, Santana lució unos zapatos de tacón tan bonitos como incómodos.
Conclusión: los tacones altos no pueden ser cómodos; la única razón para ponérselos es elevarse unos cuantos centímetros. Así lo afirmaba Sergio, en 2012: «¡Cómo cambia la cosa!», cuando hizo a sus pretendientas quitarse los zapatos.