La selección anfitriona inauguró el mundial frente a Croacia con un sufrido triunfo por 3-1 y con una buena dosis de polémica.
El campeonato del mundo no comenzó de la mejor manera para Brasil, ya que no se había cumplido el primer cuarto de hora, cuando el lateral del Real Madrid, Marcelo, introdujo el balón en su propia portería anotándose el dudoso honor de ser el primer goleador de la vigésima entrega mundialista. La sorpresa había saltado ya que la principal favorita en todas las apuestas empezaba perdiendo. Los minutos pasaban y la sensación de control en el juego de Croacia era total. Sin embargo, en una ocasión aislada, la gran estrella y esperanza local mandaba de un zurdazo cruzado el balón a la red de Pletikosa que nada pudo hacer para evitar el empate. Neymar respondía así a la responsabilidad que sobre él ha recaído como gran referencia de esta selección. El descanso llegó sin grandes alardes locales y sí con una buena versión croata.
Tras la reanudación no cambió mucho el panorama hasta que de manera inexplicable el colegiado del partido, el japonés Nishimura, indicó un inexistente penalti de Lovren a Fred por un supuesto agarrón que el delantero brasileño se encargó de escenificar. Los jugadores croatas no se lo podían creer, al igual que los millones de seguidores de todo el mundo que estaban atentos a la apertura del mundial. Corría el minuto 71 y Neymar se encargó de transformarlo y llevar la tranquilidad a los suyos. Croacia lo siguió intentando sostenidos por un gran Modric, que echó de menos a su mejor pareja en el centro del campo, Rakitic, bastante perdido durante todo el partido.
Ya en el descuento, Oscar hizo el 3-1 en un contragolpe cuando Croacia buscaba el empate. No fue la mejor versión de una selección que deberá mejorar mucho si quiere aspirar al título en su país.