Entre broncas, citas y confidencias se les pasa el programa a los pretendientes/as y tronistas de Mujeres y Hombres y Viceversa (MyHyV). Basta con que una aparezca en una cita con una prenda para que todas quieran lucirla, o que alguien diga que la fantasía de pepita son los bomberos para que ellos salgan con trajes apropiados que, sin embargo, no vienen al caso. Comentemos algunos de los desfiles de MyHyV.
Sara Niño
De mecánicos. De princesitas. Y hasta en pijama han bajado los participantes de MyHyV la escalera del plató (que, por cierto, tienen mérito descender con los vertiginosos tacones que algunas calzan…). Y es que, parece ser, el desfile es el recurso favorito ante la ausencia de contenido.
Retrotraigámonos al momento en que las pretendientas de Ángel se visten de algunas de las «muñequitas» más populares de la historia: entre Barbies, Nancys y Monsters queda la cosa.
El estilista Jesús, y su perrita (que, por cierto, debe de aburrirse de lo lindo mientras su dueño critica zapatos, faldas y peinados) son los encargados de decidir si visten o no bien las protagonistas en cuestión. Dos Barbies, una Nancy y una Monster High después, el público ya no sabe lo que es bonito ni feo pero se lo pasan pipa. ¿Decimos la burrada más grande y a ver qué pasa?
Otro de los últimos desfiles sonados ha sido el de los pretendientes de María como mecánicos en el programa del pasado 28 de mayo. La guinda del pastel la puso Manu, que se tiró incluso al suelo para «revisar los bajos» de su futura conquista. ¿Puesta en escena o escena en sí?
De lo bueno lo mejor fue el desfile de chicas en pijama esta semana. Durante el programa del 3 de junio las pretendientas de Isaac salieron en pijama. Y qué pijamas. Todo porque una de ellas había mostrado en su cita su ropa más cómoda… Si es que cosa que ven cosa que quieren imitar. ¿No se dan cuenta de que se está empezando a valorar más la originalidad y exclusividad? Si no que se lo digan a Avatar, que tiene loquita a María, simple y llanamente, por no imitar a nadie. ¿O sí? Pero esa es otra historia…