Cuando todo parecía favorable a los blancos tras el empate del Barcelona y la derrota del Atlético de Madrid, llegó el Valencia y fastidió los planes merengues.

La gente llegaba al Bernabéu con caras de felicidad después de la espectacular eliminación del Bayern y el consiguiente billete a la final de la Liga de Camepones, y el tropiezo que tanto necesitaban del líder para engancharse de lleno a la lucha por el campeonato. Los primeros quince minutos fueron muy buenos por parte de los blancos. Cristiano tuvo en sus botas nada más empezar un mano a mano que detuvo un Alves que sería su pesadilla durante casi toda la noche. Los jugadores madridistas salieron al campo conscientes de lo que se jugaban y ante un Valencia que parecía ir de visita a la capital del reino. Las ocasiones del conjunto local se sucedían en los pies de Benzemá y CR7, pero unas veces la mala puntería y otras el guardameta valencianista, hacían que el marcador siguiese como había empezado. Con todo aparentemente controlado por los blancos, el conjunto ché se plantó en un despieste delante de Diego con un cabezazo de Parejo que el cancerbero rozó para desviar al larguero. Ése fue el preludio de lo que a pocos minutos para llegar al descanso iba a suceder. Parejo botó un córner al área pequeña y Mathieu aprovechó la indecisión de Varane y Diego López para poner la liga patas arriba.

Reacción blanca tras el paso por vestuarios
Con la reanudación, el Real Madrid salió a por todas. La presencia de Di María en el lugar de Illaramendi le dio más mordiente al equipo merengue. Asi, a los 15 minutos un centro de Di María lo templaba al área pequeña Ronaldo con la cabeza para que Ramos, en un increíble idilio con el gol en los últimos 7 días hiciera el empate. La noche pintaba para una remontada más en el coliseo madridista, sin embargo, un ex de la casa como parejo iba a enfriar el estadio a los 65 minutos al mandar un balón suelto en el área a las redes blancas. El 1-2 no hizo bajar los brazos a los hombres de Ancelotti, que siguieron intentando ir a por el partido casi siempre en los pies de CR7, pero Alves estaba inspirado. Con la desilusión ya palpable en el estadio y la Liga increíblemente en manos del Barcelona, que con la derrota blanca dependía de sí mismo para proclamarse campeón, llegó el taconazo de CR7 en el minuto 92 para llevar el delirio a las gradas del Bernabéu. En esta ocasión Alves no pudo repeler el magnífico recurso del mejor jugador del mundo. En los 3 minutos que quedaron, el Real Madrid buscó el tercero, y lo tuvo de nuevo en un cabezazo del crack portugués que no encontró portería.
El empate del Real Madrid le deja obligado a ganar los tres partidos que le faltan (tiene un aplazado en Valladolid este miércoles) y esperar que el Atlético pierda uno de sus dos encuentros. La Liga está emocionante, loca y muy viva.

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