Muchos son los jugadores que, al cabo de un tiempo, han sufrido algo que viene a llamarse ‘justicia futbolística’. Le pasó a Arjen Robben, ayer rival del Real Madrid y derrotado en su propia casa, cuando ante el Borussia de Dortmund ganó una Champions que había perdido un año antes frente al Chelsea. O la generación de Xavi, Puyol y Casillas, otrora mofados en cada gran torneo y que ahora ya saben lo que es levantar Eurocopa y Mundial. Esta vez el turno le ha llegado a Sergio Ramos, quien le ha cobrado a la Liga de Campeones la cuenta que tenía pendiente hace ya varios años.
Y precisamente lo hace contra el rival que más le ha hecho sufrir en la máxima competición continental. Primero, con un gol legal anulado ante Oliver Kahn en la temporada 2006/2007. Después, con el famoso penalti lanzado arriba ante un Neuer que osó reírse del de Camas y que ahora ha tenido que agachar la cabeza, la que Ramos le hundió curiosamente de dos testarazos.
“La Champions me debía una y además contra este equipo [por el Bayern de Munich]. Primero el gol ante Oliver Kahn, el penalti que se me fue un poco arriba…”. Con una simple frase, el central andaluz se quitó de un plumazo ocho años de pesos europeos. Y ahora, que pase el siguiente: “El Madrid está donde tiene que estar. Ahora que pase el que más se lo merezca y que gane el fútbol”.