Se empiezan a acabar los calificativos para el Atlético de Madrid. A los hombres de Diego Pablo Simeone ya no hay reto que les asuste y lo demostraron en Stamford Bridge clasificándose para la final de la Copa de Europa 40 años después al ganar por 1-3 tras un soberbio partido que, pase lo que pase el 24 de mayo en Lisboa, no se olvidará en mucho tiempo.
El Atleti se impuso en Londres sin renunciar ni un ápice a su estilo. Derrochando coraje y corazón, como diría el himno de los colchoneros. José Mourinho respondió a los críticos de su planteamiento de la ida sacando hasta seis defensas en el once titular. Ya saben eso de ¿no quieres café? Pues toma dos tazas.
Sin embargo, la actitud de los blues no fue la del Vicente Calderón y, conscientes de que tenían que hacer sí o sí un gol, dieron un paso al frente. Aunque tampoco fue nada como para tirar cohetes. Como dos buenos boxeadores, en los primeros minutos tanto Atlético como Chelsea se profesaron un sumo respeto, esperando cada uno un error del rival que les abriera las puertas de Lisboa.
El Atleti llevaba más veneno en sus pocas llegadas, la más sonada un remate al larguero de Koke, pero fue el Chelsea el que se adelantó en el marcador. Fernando Torres colocó el 1-0 al aprovechar una asistencia de Azpilicueta tras una gran jugada personal de William. El de Fuenlabrada no celebró el gol consciente de que su cabeza le pedía marcar pero su corazón le decía que no podía hacer daño a los que aún le consideran como uno de los suyos.
Se ponía todo cuesta arriba imaginando de nuevo otro cerrojazo del Chelsea, pero a este Atleti le van las emociones fuertes y decidió mantenerle el pulso a los blues. Prueba de ello fue que Adrián, el as de la manga que se sacó Simeone en el once titular, empató antes del descanso tras rematar en el segundo palo una buena asistencia desde la línea de fondo de Juanfran.
Por primera vez en toda la eliminatoria el Chelsea estaba eliminado. Por ello, los hombres de Mourinho trataron de meter el miedo en el cuerpo al Atleti con un remate de Terry que sacó milagrosamente Courtois, de nuevo magistral. El Atlético no se asustó. Es más, se motivó aún más y fue a buscar al Chelsea a su área. Los rojiblancos encontraron premio después de que Samuel Eto’o derribara claramente a Diego Costa en el área pequeña en el minuto 60. El árbitro decretó penalti y Costa no falló la pena máxima.
El Chelsea comenzó ahogarse entonces con su propia medicina y el Atlético dominó de manera absoluta el partido. Los hombres de Mourinho sólo generaron ocasiones mediante jugadas aisladas a balón parado, como un remate de David Luiz que se estrelló contra el larguero primero y que Courtois desvió milagrosamente después.
La jugada fue un puro espejismo a lo que se estaba viendo en el terreno de juego y el Atlético logró apagar el ego de Mourinho y las ganas del Chelsea de llegar a una nueva final con un gol de Arda Turan. Juanfran centró al segundo palo, Turan remató al larguero y el turco logró marcar tras recoger su propio rechazo. Todo lo que prosiguió al gol del otomano fue una fiesta que el Atlético ya se ha propuesto alargar hasta más allá del 24 de mayo. Parece difícil con el Real Madrid enfrente, pero también lo era llegar a Lisboa y ya nadie duda de que este Atleti no se anda con faroles.