El tenista suizo, Stanislas Wawrinka, se ha proclamado por primera vez en su carrera campeón de un Masters 1000 tras imponerse en la final a su gran amigo e ídolo Roger Federer.

14 veces se habían enfrentado y tan sólo había sido capaz de vencerle en una ocasión, que curiosamente también fue allá por 2009 en la arcilla monegasca. Por su parte Federer, llegaba a la final con la confianza de haber eliminado a Novak Djokovic y con la sensación de haber recuperado su mejor versión en la pista. Así, ambos comenzaron el partido tanteándose y respetando el servicio rival. Hasta que en el quinto juego, Federer se encontró con una bola de break que no dejó escapar. De ahí al final del set, el de Basilea tan sólo se limitó a conservar su saque para llevarse la manga por 6-4.

El segundo parcial empezó con un Roger demasiado relajado. Ése hecho le costó empezar 2-0 abajo, pero el respeto que Wawrinka le tiene le hizo regalar su saque y volver al 2-2. De ahí al tie break no pasó nada. En la pista había un jugador demasiado relajado como si lo tuviera todo bajo control, Federer, y un tenista apocado lejos del nivel que mostró para hacerse con el primer grand slam de la temporada en Australia, Wawrinka. Sin embargo, el juego decisivo le cambió el chip a Stanislas que comenzó a tirar más cerca de las líneas y a llevar el peso del partido, lo que le llevó en un visto y no visto a igualar el encuentro a un set.
La victoria parcial le dio tranquilidad y fé en sí mismo, y así, salió a por todas y desplegó su mejor tenis en el tercer y definitivo set. Cuando Federer se quiso dar cuenta de lo que había dejado escapar, se encontró con 4-0 abajo y un jugador arrollador en el otro lado de la red. Roger no pudo hacer nada y cedió el partido con un 6-2 en el último y definitivo parcial. Wawrinka venció a su gran amigo y espejo en el que mirarse desde que cogió una raqueta para hacerse profesional en 2002, y llevar a sus vitrinas el primer Masters 1000 de su carrera.