Un equipo de investigadores internacionales liderado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha identificado diversos mecanismos por los cuales las interacciones entre distintas especies pueden conferir estabilidad a los ecosistemas.
El estudio, basado en una revisión exhaustiva de la información publicada en revistas científicas especializadas, ofrece una perspectiva unificada de las interacciones ecológicas que conectan a depredadores, presas, carroñeros y carroña en ecosistemas tan variados como la sabana africana, las llanuras patagónicas, la jungla asiática o el monte mediterráneo.
Según han explicado los investigadores del estudio, “la depredación y el consumo de carroña han sido tradicionalmente concebidos como procesos independientes”. Sin embargo, han añadido, «desde hace unos años, la comunidad científica ha comenzado a dar importancia a un hecho nada trivial: prácticamente todos los depredadores también consumen carroña, ya sea en mayor medida (por ejemplo, la hiena manchada o el león) o menor medida (por ejemplo, el leopardo). Esto hace que ambos procesos estén estrechamente relacionados a través de múltiples vías de interacción posibles”.
Las implicaciones ecológicas, evolutivas y de conservación de la biodiversidad de estos resultados son múltiples. El estudio muestra, por ejemplo, que “las interacciones directas e indirectas que surgen del consumo más o menos ocasional de carroña por parte de los depredadores alteran nuestra perspectiva tradicional de cómo se estructuran y funcionan las comunidades naturales; ignorarlas puede conducir a una pérdida crucial de poder predictivo al estudiar el flujo de energía entre los compartimentos vivos y muertos de los ecosistemas”.
Este trabajo alerta, además, de que diversos impactos de origen humano como la extinción de los grandes mamíferos carnívoros y los buitres en amplias áreas del planeta pueden acarrear severos efectos negativos en cadena, que pueden afectar al ecosistema entero.