La nueva película de la directora Coralie Fargeat, La sustancia, ha dejado a más de uno preguntándose si se basa en hechos reales.

Tras su paso por los festivales de San Sebastián y Sitges, La sustancia ha generado discusiones sobre belleza, identidad y la imagen corporal, siendo elogiada no solo por su narrativa perturbadora, sino también por el trasfondo filosófico que plantea. La película destaca por su capacidad para combinar elementos de terror corporal con una reflexión profunda sobre las presiones que enfrentan las mujeres para cumplir con los estándares de belleza establecidos.

La sustancia, protagonizada por Demi Moore y Margaret Qualley, fue estrenada en los cines de España el pasado 11 de octubre, y ha dejado una huella imborrable en el público, destacándose dentro del género del terror corporal (body horror). Dirigida por la cineasta francesa Coralie Fargeat, la película aborda con crudeza temas como la obsesión por la juventud y la lucha contra el envejecimiento, todo enmarcado dentro de una historia de ciencia ficción con tintes psicológicos y filosóficos.

Una reflexión sobre la belleza y el envejecimiento

En La sustancia, Demi Moore interpreta a Elisabeth Sparkle, una actriz en el ocaso de su carrera, que encuentra una oportunidad de revertir los efectos del tiempo gracias a un extraño producto. Este compuesto crea un alter ego joven y perfecto, encarnado por Margaret Qualley como Sue, desatando una lucha interna entre ambas versiones de la protagonista por el control de su propio cuerpo y vida. Esta dualidad no solo aporta elementos de tensión y terror psicológico, sino que también profundiza en la ansiedad social sobre la apariencia y la presión de la industria del entretenimiento.

Uno de los aspectos más comentados de la película es su conexión con experiencias personales de la directora. Coralie Fargeat ha mencionado en entrevistas que La sustancia está inspirada en su propia lucha contra el envejecimiento y las expectativas sociales sobre la belleza. Al acercarse a los 50 años, Fargeat comenzó a sentir una «desaparición» progresiva en una sociedad que venera la juventud, lo que la llevó a explorar estos temas en su película.

Por su parte, Demi Moore ha aprovechado el personaje de Elisabeth para reflejar sus propios temores sobre el envejecimiento en Hollywood, un tema que ha sido parte de su carrera como actriz icónica. La participación de Margaret Qualley como la versión joven y «perfecta» de Elisabeth agrega una capa simbólica al conflicto central: la lucha entre lo que se es y lo que la sociedad espera que uno sea.

La sustancia ha logrado impactar al público por su mezcla de terror psicológico, ciencia ficción y una crítica mordaz a las exigencias sociales sobre la apariencia física. Al estar inspirada en vivencias personales, la película adquiere una autenticidad inquietante, ofreciendo una visión perturbadora sobre el deseo de eterna juventud y las consecuencias de intentar desafiar el tiempo.

WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com