Copycat no es solo una película estadounidense, sino también un fenómeno que ocurre en la vida real. Aquí te explicamos más detalladamente.

Copycat es una de las películas estadounidenses dentro del thriller psicológico que es poco conocida por el público en general. Estrenada en 1995, este filme, protagonizado por dos valientes y temerarias actrices, Sigourney Weaver y Holly Hunter, ha dejado a más de uno con los pelos de punta. Su director, Jon Amiel, logra crear y mantener a lo largo de la película la tensión y el suspense propios de un tema tan escalofriante como los asesinatos en serie.

La trama sigue la historia de la doctora Helen Hudson, una reconocida psicóloga y experta en asesinos en serie de San Francisco, quien vive recluida en su apartamento desde hace 13 meses debido a una severa agorafobia. Esta condición surgió luego de un ataque por parte de Daryll Lee Cullum, un psicópata al que ayudó a condenar a muerte con su testimonio. Desde ese incidente, que casi le cuesta la vida, Helen no ha podido salir de su hogar.

Mientras tanto, Peter Foley, un nuevo asesino aparece en escena y pone en alerta a las autoridades policiales. Pronto se darán cuenta de que la persona detrás de las matanzas no actúa por cuenta propia directamente, sino que imita el mismo modus operandi de anteriores criminales. Helen se verá enfrentada a este nuevo desafío, donde tendrá que sortear sus miedos para lograr atrapar al culpable.

El efecto copycat en la vida real

No es casualidad que la película dirigida por Jon Amiel use esta palabra para resumir su trama e intención. El efecto copycat, como muchos lo llaman, ocurre cuando una persona siente la necesidad de imitar actos violentos que se han transmitido por los medios de comunicación. Usualmente, es más probable que cometan estas acciones si el modelo a seguir es famoso, porque de esa forma pueden llegar a captar el mismo nivel de atención mediática.

Es un término que puede ser utilizado en diferentes contextos. Uno de los más comunes es el suicidio, aunque en este caso es mejor conocido como el efecto Werther, acuñado por David P. Phillips, de la Universidad de California en San Diego en 1974, para explicar el aumento en los actos de autolesión en el momento en que son revelados otros casos de suicidio reales.

Asimismo, en el campo de la criminología, este término es usado para describir el modus operandi que otros asesinos en serie copian y repiten, tal y como lo hace Peter Foley en el filme.

Uno de los ejemplos reales de estos casos de copycat sucedió entre 1990 y 1993, cuando Heriberto Seda disparó contra varias personas en Nueva York y luego envió cartas cifradas a la policía, afirmando que sus crímenes estaban guiados por los signos zodiacales de sus víctimas, al estilo del Asesino del Zodiaco en California dos décadas antes. En su serie de asesinatos, mató a 3 personas y dejó a 6 heridas, antes de ser capturado en 1996.

Sin duda, habrás quedado con ganas de ver esta película que, aunque antigua, tiene un trasfondo relacionado con la psicología humana y aún mantiene su vigencia en la actualidad.

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