Un total de 342 menores fueron separados en Colombia, durante 2013, de grupos armados que los había reclutado, lo que representa un aumento significativo respecto de los 264 niños y niñas que dejaron esa situación en el año anterior.
Esos datos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar están incluidos en el informe anual que presentó la representante del Secretario General de la ONU para la cuestión de los niños y los conflictos armados, Leila Zerrougui, quien resaltó que el alistamiento y el uso de menores en países en conflicto sigue siendo prevalente.
El informe señala que no hay datos suficientes sobre la magnitud de este problema en Colombia, pero la ONU verificó el pasado año 81 casos de niños reclutados y utilizados por grupos armados en 25 departamentos y en Bogotá, 58 de ellos por las FARC-EP.
Explica, además, que al menos 43 menores fueron asesinados y 83 quedaron mutilados a causa de ataques de grupos armados y que niños y niñas siguen siendo víctimas de violencia sexual atribuida a miembros de esos grupos y en algunos casos del ejército colombiano.
También se menciona que en 2013 hubo 26 incidentes en los que quedaron dañados centros escolares o se cancelaron las clases a causa de enfrentamientos armados.
El informe sostiene que hay un diálogo constructivo entre el gobierno y la ONU para afrontar este problema y que el establecimiento e implementación de medidas con ese fin, incluido el Programa Presidencial de Derechos Humanos, es algo alentador para garantizar la protección de niños afectados por el conflicto en Colombia.
El informe del Secretario General de la ONU analiza 23 situaciones de conflicto en todo el mundo en las que menores fueron utilizados, asesinados, mutilados, víctimas de violencia sexual y de otros abusos.
Asimismo, revela que siete ejércitos nacionales y 50 grupos armados que combatían en la República Centroafricana, Sudán del Sur, Siria y en otros once países reclutaron y usaron niños en 2013, en tanto que en Chad no se registraron casos de ese tipo.
Zerrougui aludió también a los crecientes ataques y ocupaciones de escuelas y hospitales por grupos armados durante conflictos. “Tenemos una relación de ocho partes involucradas en conflictos en Afganistán, la República Centroafricana, República Democrática del Congo, Iraq, Nigeria y Siria, por ataques a escuelas y hospitales, y también nos preocupa mucho el uso de centros escolares por militares”, señaló.