El mejor jugador de la historia en tierra batida, Rafa Nadal, ha demostrado en la semifinal ante Murray el porqué se ha ganado ese calificativo.

El tenista de Manacor salió desde el primer punto a dominar en la pista. Cada golpe que jugaba servía para echar al fondo de la pista a un Andy que sólo podía observar desde 5 metros detrás de la línea de fondo el vendaval de golpes de Nadal. Así, en apenas 12 minutos, el español ya mandaba 3-0 en el marcador del primer set. Murray se sobrepuso al primer break y empezó a coger algo de confianza. Sin embargo, el número 1 del mundo se mostró totalmente intratable y mantuvo su servicio cada vez para hacerse con el primer parcial por 6-3.
La segunda manga no varió el panorama del partido, ya que el tenista mallorquín siguió con su tormenta perfecta y no bajó la intensidad ni la concentración ni un solo momento. Gracias a esto, y viendo que su derecha funcionaba a las mil maravillas, buscó más los winners si cabe, y logró otros dos breaks más para meterse el segundo set por 6-2 en el bolsillo en apenas 31 minutos.
Como si acabara de saltar a la pista, Rafa siguió moviéndose a la perfección por la Philippe Chatrier. Sus piernas flotaban y sus golpes encontraban las líneas una y otra vez mientras Murray bajaba la cabeza sin saber qué hacer ante tal bestia al otro lado de la red. Lejos de bajar un poco la intensidad, el manacorí apretó de nuevo en el que sería a la postre el tercer y definitivo set. Si la bola pasaba poco por encima de la red, el punto caía de su lado, pero si se alargaba el peloteo, el resultado terminaba de igual manera a su favor pero encima con el escocés más cansado y más tocado psicológicamente. De esta manera y en un visto y no visto, Nadal logró tres roturas más de servicio para lograr ganar la manga con un contundente 6-1. El partido fue simplemente perfecto para el balear, que aprovechó las 6 bolas de break de que dispuso y no concedió ni una sola a Murray. En apenas 100 minutos, Rafa ha logrado alcanzar su novena final de Roland Garros.
El domingo al otro lado de la red, estará el siempre temible Novak Djokovic, al que ya conoce a la perfección después de haberse enfrentado en 41 ocasiones, con 22 victorias para el español y 19 para el serbio. Además, en el duelo habrá algo más en juego que el hecho de ganar un Grand Slam, ya que el vencedor saldrá de Paris con el número 1 del mundo. Para Nadal sería su noveno Roland Garros mientras que para Djokovic lograr al fin el único grande que no posee en su palmarés. La batalla se antoja épica.

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