Mosca advierte que en la Ucrania oriental “se está gestando la catástrofe humanitaria en las ciudades asediadas, donde se siente la falta de medicinas e inicia la interrupción de alimentos”. Así reza una nota del Ministerio de exteriores ruso. Moscú invita a “los responsables del terror de Kiev contra los propios conciudadanos a razonar, y poner fin al baño de sangre, a retirar las tropas y a ponerse finalmente a dar comienzo al diálogo para solucionar la crisis por vías pacíficas”. � Las víctimas se cuentan también entre los civiles, según el Ministerio del Interior Ucraniano, que acusa a los rebeldes de usar a la población como escudos humanos, y de dar fuego a las casas.

Por su parte rusa pide una reacción internacional para evitar “las consecuencias destructivas para la paz y la estabilidad de la democracia en Europa”, como se lee en el Libro Blanco presentado por el Ministerio de Exteriores, que denuncia la violación masiva de derechos humanos por parte de las fuerzas “ultranacionalistas, extremistas y neonazistas”.

“La unica via posible es el dialogo”, decía el presidente francés Hollande lanzando un llamamiento al presidente ruso Vladimir Putin. Idea compartida por todas las partes, al menos en teoría. La delegación del ejecutivo de Kiev será guiada por el Primer Ministro Arsen Latseniuk, con el proyecto de “ayudar a Ucrania e sostener el proceso de reformación económica y política, que deberá de ser llevado a cabo para alcanzar el objeto de conseguir una Ucrania democratica, independiente y próspera”.