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«Aguas oscuras»: el escandaloso caso DuPont ¿Cuál es la historia real en que se basa la película?

El filme protagonizado por Mark Ruffalo revela uno de los casos más importantes de la historia legal contra la gigante multinacional DuPont.

Aguas oscuras de 2019 expone cómo una poderosa corporación ocultó información sobre los riesgos del PFOA durante décadas. El director Todd Haynes decidió llevar esta historia a la gran pantalla junto al icónico Mark Ruffalo, quien interpreta a Robert Bilott. La película, reconocida internacionalmente, ha sido aclamada por su capacidad de explicar una trama compleja y oscura.

Con interpretaciones de Anne Hathaway y Tim Robbins, el filme no solo cuenta una historia de justicia, sino que alerta sobre los peligros ambientales a los que miles de personas están expuestas diariamente, una amenaza que sigue presente en productos de uso cotidiano.

Un ejemplo real de justicia

La historia de la película se originó a partir de un reportaje publicado el 6 de enero de 2016 en el New York Times, escrito por Nathaniel Rich. El artículo detallaba la investigación de Bilott, quien descubrió que un «producto químico eterno» estaba envenenando una comunidad rural.

El caso que destapó este peligro comenzó, en Parkersburg, una pequeña localidad estadounidense, cuando la misteriosa muerte de 200 vacas levantó las primeras sospechas. Este químico, conocido como PFOA, era utilizado por la multinacional DuPont, cuyos vertidos tóxicos habían contaminado el agua y los suelos durante décadas.

DuPont sabía desde hacía años que el PFOA podía causar graves problemas de salud, pero aun así continuó vertiendo miles de toneladas de residuos tóxicos. Bilott no solo buscaba justicia para los Tennant (una de las familias más afectadas), sino también para todas las personas expuestas a este químico, que no se descompone y permanece en el cuerpo humano indefinidamente.

¿Por qué no se regulaba el PFOA?

Según la narración del propio Bilott en las notas de prensa de la distribuidora del filme, todo comenzó cuando los Tennant le pidieron que investigara la pérdida de su ganado. Parecía un  caso sin mayores complicaciones, solo bastaba con identificar los productos químicos presentes en el vertedero y verificar los permisos correspondientes. Sin embargo, lo que empezó como una tarea rutinaria se transformó en una de las batallas legales más importantes contra la contaminación química en Estados Unidos.

Después de casi un año de investigación, Bilott descubrió que el vertedero contenía una sustancia química no regulada: el ácido perfluorooctanoico (PFOA), un compuesto utilizado desde 1951, mucho antes de la creación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Este químico, presente en productos como el teflón, no solo estaba envenenando el agua y el suelo, sino que también representaba un riesgo grave para la salud humana, acumulándose en los cuerpos de quienes estaban expuestos.

Bilott explicó que muchas de las leyes ambientales que surgieron en la década de 1970, cuando se creó la EPA, se centraban principalmente en nuevos productos químicos, ignorando aquellos que ya estaban en uso. Esto permitió que sustancias como el PFOA, que habían sido empleadas durante décadas, escaparan al control y la regulación, lo que generó graves consecuencias para el medio ambiente y la salud pública.

La película es más que una denuncia; es una oportunidad para educar al público sobre los riesgos de los llamados «químicos eternos». Como señalaba Bilott, la película muestra cómo en un país tan avanzado como Estados Unidos, se permitió que este tipo de contaminación se extendiera sin control.

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