La situación en el centro de áfrica rara vez parece mejorar, sin embargo, algunas buenas noticias suelen ocurrir de vez en cuando.
En este caso se trata de la repatriación de los oficiales de Ruanda estacionados actualmente en Goma. El portavoz de las FARDC, mayor general Sylvain Ekenge Bomusa Efomi, en una declaración publicada hoy por los medios de comunicación del país, anunció que «Por razones de seguridad, la República Democrática del Congo ha ordenado al comandante de la Fuerza Regional de la Comunidad de Estados de África Oriental repatriar a los oficiales ruandeses del cuartel general de la fuerza con sede en Goma»
Sin especificar el número de tropas expulsados, el porta voz dijo el pasado lunes que los militares ruandeses «ya salieron del suelo congoleño y regresaron a Ruanda’’.
Aunque en efecto, puedo esto no parecer mucho y a largo plazo no provoque ningún efecto significativo en el conflicto de la región, la expulsión de los militares de muestra el seguimiento del protocolo y código militar.
La expulsión fue anunciada después de que RDCongo acusara a Ruanda de un «acto de guerra» por disparar contra un avión de combate congoleño cerca de la frontera de ambos países, cuando el aparato estaba a punto de aterrizar en Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte.
Las acusaciones surgieron en el marco de tensiones crecientes entre los dos países, basadas en la supuesta colaboración de Ruanda con el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), activos desde hace meses en suelo congoleño.
Ruanda y el M23, por otra parte, acusan al ejército congoleño de haberse aliado con los rebeldes de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas en 2000 por responsables del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados en la RDCongo, con el fin de recuperar el poder político en el país de origen.
Desde su reactivación en marzo pasado, después de años de tregua, los rebeldes del M23 han ocupado vastas áreas y lugares estratégicos en RDCongo y la violencia ha llevado a más de medio millón de personas a abandonar sus hogares, según la ONU.
La fuerza militar de la EAC comenzó a desplegarse a finales del año pasado para combatir al M23 y otros grupos armados que operan en el este de la RDCongo.
La ONU prevé que el conflicto continue y no ha establecido ni se ha pronunciado sobre una nueva estrategia para enfrentarlo. A estas alturas parece que no hay manera de disuadir a estos países que están en conflicto para más de tres décadas.