El primer hallazgo científico en alcanzar fama mundial este 2023 proviene desde la Antártica. Se trata de un total de cinco meteoritos uno de ellos alcanzando el sorprendente peso de 7,6 kilos.
El equipo de expedición, liderada por María Valdés, científica investigadora del Field Museum y la Universidad de Chicago, encontró las curiosas rocas en la superficie de la infinitamente blanca tundra invernal.
De los miles de meteoritos que han sido encontrado en la antártica, solo 100 son tan grandes como los que encontró Valdés y su equipo.
Con respecto al ello, Valdés comentó en un comunicado que “El tamaño no importa necesariamente cuando se trata de meteoritos, e incluso los micrometeoritos diminutos pueden ser increíblemente valiosos desde el punto de vista científico”
“Pero, por supuesto, encontrar un gran meteorito como este es raro y realmente emocionante”.
El hallazgo, sin embargo, tampoco es casual puesto que el área habría sido previamente mapeada y estudiada a través de imágenes satelitales como posibles lugar de impacto de meteoritos.
Tras encontrar la roca después de recorrer la zona en motos de nieve, los científicos se dispusieron a probar sus propiedades magnéticas, así lo explicó Valdés en un correo electrónico a la agencia de noticias Gizmodo.
Así mismo, esclareció que los meteoritos rara vez se mantienen bajo la superficie puesto que el hielo va resurgiendo a medida que los glaciares cambian empujando los objetos siempre hacia arriba.
“Emprender una aventura explorando áreas desconocidas es emocionante”, dijo Vinciane Debaille, miembro del equipo de investigación de la Université Libre de Bruxelles, y que también tomo parte en esta expedición. “Pero también tuvimos que lidiar con el hecho de que la realidad sobre el terreno es mucho más difícil que la belleza de las imágenes de satélite”.
El verdadero valor del hallazgo, sin embargo, podrá conocerse solo después de que las rocas sean llevadas al laboratorio y analizadas. Se espera que a través de ellas se puedan descifrar algunos misterios del universo.
El Real Instituto Belga de Ciencias Naturales será el asignado a estudiar las rocas, mientras el equipo de expedición se mantendrá en la Antártida analizando el suelo del área donde fue encontrado.