Antonio Resines es sin lugar a duda uno de los actores más conocidos y queridos del cine español con una trayectoria filmográfica que viene desde los años 80.
Actúo en más de 60 películas, 29 series de televisión, presentando y colaborando en una docena de programas de tv en vivo e incluso obras de teatro. Dueño de siete premios entre ellos un Premio Goya por mejor interpretación masculina protagonista y dos Fotogramas de Plata como mejor actor de televisión por Eva y Adán, agencia matrimonial (1990) y Los Serrano (2003).
Los detalles de su vida privada, sin embargo, no han trascendido tanto como su obra. Es así que resultó una verdadera sorpresa cuando se dio a conocer – el 2020 – que el actor se casaría con Ana Pérez-Lorente, la novia con quien ha estado saliendo durante las últimas tres décadas y que es además madre de su único hijo: Ricardo Fernández de Mateo,
Con respecto a su hijo se sabe que mantiene una buena relación personal pero que en el oficio ha tenido sus altibajos. El actor afirmó alguna vez en una entrevista cuando hablaba de su hijo que; «El apellido no le ha marcado nada, de hecho, él nunca lo dice. Nunca ha trabajado porque fuese hijo mío. Ha sido un currito. Empezó poniendo cafés y desde abajo y, al final, ha aprendido el oficio. Si no funcionas aquí no te llaman»
Con Ana la historia es algo distinta, pues si bien iban saliendo juntos 30 años antes de casarse solo empezaron a vivir juntos en los últimos diez. Develó el actor que habrían ‘terminado’ de vez en cuando o pasado largos periodos de silencio en los que no hablaban, pero ‘siempre había estado ahí para mí’.
En una de sus más conmovedoras anécdotas, Resines recuerda que cuando él estaba en el hospital luchando por su vida, Ana siempre estuvo ahí ‘’Me despertaban y estaba en otro mundo. No sabía muy bien dónde estaba y pensaba que todo el mundo que estaba a mi alrededor estaba en una conspiración y querían matarme’’.
La pareja ahora vive en un hermoso piso ubicado en la Calle Ibiza, en una de las mejores zonas de Madrid. Ahí han conseguido construir un verdadero nicho de amor donde, de vez en cuando, les permiten a los medios entrar y dar un vistazo.