Los mass shootings en los Estados Unidos han sobrepasado la línea de la mera casualidad convirtiéndose en un verdadero problema de seguridad nacional. En Texas, las autoridades han iniciado una serie de acciones legales no para prevenir este tipo de incidentes, pero para hacer más fácil la logística que supone el aftermath que les sigue. Una decisión que puede ser considerado por muchos como carente de sensibilidad además de una razón más para la ansiedad y preocupación.  

Siendo así, en 2021 la legislatura del estado de Texas aprobó el Proyecto de Ley del Senado No.2158. Este ley obliga a las agencias de educación texanas a ‘’brindar kits de identificación a los distritos escolares y escuelas chárter de inscripción abierta para distribuirlos a los padres o tutores legales de ciertos estudiantes”.

La ley fue aprobada después que en 2018 ocho estudiantes y dos profesores asesinados dentro de la escuela secundaria Sant Fe, en la ciudad del mismo nombre en el estado de Texas. Curiosamente su aprobación coincide también con el aniversario de la segunda masacre escolar con más bajas en la historia de estados unidos, la cual tuvo lugar en la escuela primaria de Robb Elementary School en la ciudad de Uvalde – también en el estado de Texas – donde murieron 19 niños de cuarto de primaria junto a dos profesores.

Esta ley prevé la entrega de un kit con tarjetas de identificación de ADN y huellas dactilares sin tinta a todos los estudiantes de K-6 (que sean elegibles) de parte de todas las escuelas publicas de Texas.  Deja en claro, sin embargo, que los padres no están obligados a usar aquellos kits.

Los panfletos les permiten a los padres de recolectar el ADN y las huellas de sus hijos en casa, para luego entregarlos a las autoridades en caso de ‘’emergencia’. Según la legislación, los kits serán proveídos a las familias texanas eligibles, las pruebas dactilares y de ADN para ‘ayudar a localizar y regresar a niños desaparecidos o traficados’.

El kit supone ayudar a reconocer a los niños muertos o heridos por disparos, una tarea que resultó ser por demás difícil durante el atentado a Robb Elementary en la cual las graves heridas de las víctimas no permitían poder reconocerlos rápidamente. Algunas familias proveyeron pruebas de ADN para poder positivamente identificar los restos de los niños.

Sin embargo, la recepción de dichos kits resulta ser controversial. Tracy Walder, una ex agente de CIA y de FBI, y actual profesora universitaria quien ha enseñado historia en una secundaria por 16 años, dijo de estar ‘devastada’ al oír que su hija de segunda grado fue enviada a casa con un kit.

‘’Me preocupo todos los días cuando envío a mi hija a la escuela. ¿Ahora les estamos dando a los padres kits de ADN para que cuando maten a su hijo con la misma arma de guerra que yo tenía cuando estaba en Afganistán, los padres puedan usarlos para identificarlo?».

“Esto envía dos mensajes: el primero es que el gobierno no va a hacer nada para solucionar el problema. Esta es su forma de decirnos eso”, dijo Walder. “La segunda es que nosotros, los padres, ahora nos vemos obligados a tener conversaciones con nuestros hijos para las que quizás no estén preparados emocionalmente. Mi hija tiene 7 años. ¿Qué le digo?”

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