A tan solo un día después de asumir el cargo como ministro de finanza de Colombia, José Antoni Ocampo, ya ha revelado su propuesta de reforma la cual delatan tonos considerablemente progresistas. La reforma se centra principalmente en un aumento de la tasa efectiva de impuestos sobre la renta para las rentas de 10 millones de pesos en adelante.  

Esta medida representa una ruptura con las reformas del gobierno pasado, también conocidas como Reforma Carrasquilla las cuales establecían una recaudación al impuesto sobre las ventas, en general; lo cual implicaba una tasa común para todos los individuos independientemente de sus ingresos y una ampliación de la base de cotización a personas de ingreso medio. A diferencia de la aplicación de esta pasada reforma la propuesta por Ocampo permite alcanzar en el agregan a volumen mayor de recaudaciones pues el incremento de la presión fiscal sobre ventas altas tiene un límite más fácil de alcanzar que aumentos marginales sobre las clases medias.

Sin embargo, el verdadera espíritu progresivo de la reforma yace posiblemente en el impuesto sobre el patrimonio permanente para declarantes con mas de 3.000 millones de pesos en capital de cualquier tipo, incluyendo el inmobiliario. Estas medidas afectan a menos del 10% y a poco más del 1% de todos los colombianos.

A pesar de lo aparentemente positivo que puede resultar esto para las clases más bajas existente también algunas medidas en la propuesta que podrían resultar regresivas a corto plazo. En primer lugar, nos encontramos con un incremento del 10% en las tasas a las bebidas con azúcar y alimentos ultraprocesados lo cual tienen el riesgo de afectar a los hogares de menores ingresos. Esto ha sido comprobado por el Departamento Nacional de Estadística (DANE) a través de la Encuesta Nacional de Presupuesto de los Hogares. El resultado del estudio llevado a cabo por las instituciones demuestra que los pobres y vulnerables dedican más del doble de su canasta (medida usada para definir la cantidad de dinero gastado por familias en recursos esenciales) que personal de ingresos altos, en este tipo de productos. Esto no sucedería con el impuesto al combustible también mencionado en la propuesta. Este impuesto vale señalar se basa únicamente en exenciones de combustible en las zonas fronterizas del país.

Con estas reformas de intentar reducir los problemas relacionados a la producción de estos productos sea la gasolina o la comida ‘chatarra’ para así avanzar hacia un estilo de vida más sostenible y saludable para todos los colombianos. De ahí que también se menciona otros factores naturales de la producción de estos productos como los son los gases de CO2. En un idioma netamente económico a esta estrategia de desincentivar el consumo se lo puedo explicar con la siguiente afirmación:  los precios de bienes que debe incorporarse a sus externalidades negativas.

Aún falta el patrón de inversiones del gobernó de Gustavo Petro para poder determinar el balance real de la propuesta de Ocampo. Por su parte, la progresividad real de la acción fiscal se podrá ver solo en el eficiente gasto de lo recaudado en la educación de los mas necesitas, en favorecer industrias amigas, en la aplicación de la cobertura de pensiones para las rentas bajas y/o más y nuevos programas públicos.   

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