Una inteligencia fuera del común
Novak Djokovic es sin duda uno de los nombres más importantes del tenis mundial. Su reputación fue construida con la ayuda de las decenas de torneos conquistados, encantando a todos los fans del deporte. Sin embargo, la compañera del tenista serbio es también ella una figura de respeto, aunque en otras áreas.
Jelena nació en Belgrado y proviene de una familia con pocos recursos financieros. A pesar de las dificultades, su educación siempre ha sido una prioridad para sus padres, que hicieron todos los esfuerzos para conseguir ofrecerle lo que merecía.
Desde muy joven que se develó una persona extremamente inteligente, algo que se ha notado en su camino en la escuela. Ha sido en un instituto deportivo que la mujer de Novak dio los primeros pasos, pero después conquistó el derecho a estudiar fuera de su país.
Se graduó en Administración de Empresas en la Universidad Bocconi, en Milán, y lo ha hecho con mucho mérito. Más tarde, ya después de conseguir la fortuna que comparte con su marido, ha decidido hacer un posgrado en Gestión de Marcas de Lujo en la Universidad Internacional de Mónaco.
Toda esa formación la hizo explorar todas sus capacidades y la tornó en una empresaria de éxito que habla un total de 17 idiomas. Es la directora de la Fundación Novak Djokovic, una organización con efectos sociales de apoyo a niños desfavorecidos, pero su vida es mucho más que eso.
Mujer de negocios
En el empiezo de su carrera se dedicó al negocio del petróleo en el Oilinvest Group, donde tenía el papel de coordinadora de recursos humanos. Tras tan solo 8 meses, asumió el riesgo de abrir su propia empresa, la Jelena Ristic Consulting, aunque el área fuera diferente y más dedicado al marketing digital.
También la revista Original, una publicación sobre las obras de famosos mundiales, ha sido fundada por Jelena. No le falta experiencia en los negocios y se dedica a ellos con mucha seriedad mientras comparte una vida con Djokovic.
La pareja se conoció en el instituto y su relación ya dura desde 2005. En 2014 se casaron, celebrando dos bodas distintas: la primera en Sveti Stefan, Montenegro, y la segunda en la iglesia de San Esteban.
En ese año dieron la bienvenida a su primer hijo, Stefan. Su hermano Tara esperó más 3 años para venir al mundo en 2017 y completar la familia Djokovic, por lo menos por ahora. Aunque el circuito ATP obligue Novak a viajar muy regularmente, él y su esposa hacen un esfuerzo fantástico para vivir la infancia de sus hijos.