La pederastia en Francia vuelve a dar que hablar. Ayer, Jean-Marc Sauve, jefe de una comisión de investigación independiente sobre el tema, concedió una entrevista al Journal du Dimanche. Anticipando algunos datos de un informe que se publicará mañana, Sauve habló de unos 3.000 pederastas en la Iglesia católica francesa.
Esta cifra se refiere a un periodo de tiempo bastante amplio, que abarca los últimos 70 años. El equipo de Sauve, por tanto, ha escudriñado en las filas de la Iglesia francesa desde los años 50 hasta la actualidad. Según las estimaciones de la comisión, unos 155.000 religiosos han prestado servicio en este periodo de tiempo. Esto significa, con los cálculos necesarios, que el 2,6% de los miembros considerados por el estudio han cometido actos de pederastia.
La Conferencia Episcopal Francesa, según informa Reuters, no ha querido comentar estas cifras. El Vaticano, por su parte, dijo que está esperando el informe completo antes de hacer cualquier declaración.
Sin embargo, el escándalo de pederastia en Francia no es un caso aislado. Hace apenas seis meses, de hecho, otra sensacional investigación avergonzó a la Iglesia Católica. En ese caso, se trataba de abusos sexuales cometidos en Alemania, por los que el Papa Francisco suspendió a Rainer Maria Woelki, arzobispo de Colonia.
El problema de la pederastia en el seno de la Iglesia es, por tanto, un problema generalizado, hasta el punto de que en junio el Papa lo calificó de «catástrofe mundial«. Ni las comunidades cristianas no europeas están exentas. Por ejemplo, la archidiócesis de Boston, en Estados Unidos, se vio muy afectada por una famosa investigación del Boston Globe, publicada en 2002, que levantó uno de los primeros grandes escándalos de pederastia. La historia del Boston Globe fue convertida posteriormente en una película -Spotlight (2015)- que ganó el Oscar.