Eran las 4:00 de la mañana y Ana Cárdenas, no podía dormir. El sonido de una gotera perturbaba su sueño por lo que decidió encender la luz y averiguar que ocurría, sin saber que al hacerlo iba a presenciar lo más parecido a la escena de un crimen. Había gotas de sangre saliendo desde el techo de su habitación que al pasar por su ventilador de techo eran distribuidas por todo el espacio.
Techo, paredes, colchón y demás componentes de su habitación estaban salpicadas de sangre. La propia, Ana tenía gotas de sangre en la frente, el cabello y el resto del cuerpo. Inmediatamente la mujer llamó a las autoridades correspondientes para reportar lo sucedido. En principio no creyeron su relato, hasta que llegaron al sitio, en Texas, Estados Unidos.
Al quitar el ventilador una enorme cantidad de sangre cayó sobre el colchón de Ana que quedó totalmente inservible. ¿La razón? Un hombre había muerto hace 5 o 6 días por causas naturales en el apartamento de arriba. Aunque su cuerpo había caído sobre una alfombra, la sangre se filtró por el suelo hasta penetrar en el techo de la afectada.
«Me dio asco. Estaba en estado de shock, pensé: ‘Esto no es real, esto es un sueño, despierta», dijo Ana, quien ahora recama a los duelos del edificio una compensación por los daños causados a su lugar de residencia.