El pasado jueves 29 de abril, la cápsula Tianhe fue lanzada al espacio desde Pekín. Tianhe, como así ha sido bautizada, fue puesta en órbita por el cohete Larga Marcha-5B Y2. Es la nave espacial más grande de China, ya que mide unos 16,6 metros de largo y 4,2 de diámetro.
El lanzamiento a pesar de haber resultado exitoso, la etapa central del misil tuvo algunos inconvenientes y entró en órbita terrestre baja de manera inadvertida. Hipotéticamente, es posible que el cuerpo central se desprenda de la baja órbita terrestre en los próximos días. Lo que supone poner en peligro partes de la tierra como el océano, algunas áreas deshabitadas o incluso a personas.
Las partes del cohete de la etapa central podrían ser quemadas cuando entren en la atmósfera. Pero no se descarta que los escombros logren tocar la superficie terrestre.
China ya ha experimentado anteriormente una situación parecida. Esta es la segunda vez que alguna parte de un misil lanzado en el país ha supuesto un peligro. En el mes de mayo del año 2020 se produjo otro lanzamiento que causó la caída de restos del aparato Larga Marcha-5B. Desprendiéndose así piezas que casi aterrizan en la ciudad de Nueva York. Pero afortunadamente cayeron al Océano Atlántico.