Un grupo de arqueólogos ha encontrado cerca de 500 nuevos utensilios y objetos en las ruinas de Sanxingdui, al suroeste de China. Un descubrimiento que podría ayudar a entender el origen cultural de la nación, ya que los restos cuentan con 3.000 años de antigüedad.
El hallazgo se ha hecho en seis pozos descubiertos entre noviembre de 2019 y mayo de 2020 en las ruinas de Sanxingdui. El lugar se localizó por primera vez en la década de 1930, cuando se hallaron dos primeros pozos, y actualmente siguen siendo el principal objeto de estudio de la arqueología china.
Los nuevos restos hallados dejan entrever que el origen de China es mucho más complejo de lo que se pensaba. Se cree que este lugar formó parte de un área en la que la antigua civilización Shu ofrecía sacrificios al cielo, la Tierra y sus antepasados.
La calidad de los materiales encontrados permiten adivinar que la civilización que antiguamente se asentaba en la zona estaba altamente desarrollada y tenía una economía próspera. Entre los 500 objetos de bronce, jade y marfil encontrados destaca una máscara hecha completamente de oro.
Se cree queesta máscara dorada era uno de los atributos que los sacerdotes de la civilización Shu usaban durante las ceremonias religiosas. A través de un ritual pedían a sus dioses que bendijeran sus tierras y las estrellas siguieran brillando en el cielo.
La máscara se encontró en el quinto pozo, junto con otros restos. Se cree que todos ellos fueron enterrados e incinerados a modo de sacrificio. Desde el Gobierno chino esperan seguir encontrando más objetos para conocer a fondo sus orígenes.
Desde los años 30 se han encontrado cerca de 50.000 artefactos. El mayor hallazgo se hizo en 1986, cuando se localizaron dos pozos de los que se extrajeron cerca de mil objetos en buen estado.