Fuente: Eleconomista.es

Mary Theresa, trabajaba ofreciendo servicios de limpieza en viviendas, pero limpiezas espirituales, garantizando que ningún alma maligna molestara a sus clientes. Normalmente acudía a las residencias para hacer su trabajo, pero con la llegada del Covid-19 ha tenido que replantear el método con el que ofrece sus servicios.

La mujer, de 61 años, ha tenido que adaptarse a las normas de confinamiento y distanciamiento social de la pandemia, por lo que ahora realiza sus servicios a través de videollamada, exactamente por Skype. Sus clientes se conectan con ella y van paseando sus móviles sobre todos los rincones de la casa mientras ella habla con los «fantasmas» a través de la pantalla.

«Soy médium, eso es lo que hago, hablo con almas vivientes, que me escuchan porque también son telepáticos. También puedo verlos allí porque soy clarividente«, dijo Mary, quien está residencia en Leicestershire, Reino Unido

Comentó que depende del tamaño de la vivienda, la limpieza puede durar una hora o más. Aunque usa oraciones católicas en sus rituales, admite que su trabajo no acaba con los espíritus como lo haría un exorcismo, solo los moviliza. Su misión es renovar las energías negativas por positivas. Mary tiene 28 años trabajando como medium y cobra un promedio de 45 libras por cada limpieza: «cobro menos que antes porque lo hago de forma remota», reseña DailyStar.

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