Solo cuatro días después del día de Navidad, Viktors Zeiliss, de 28 años, decidió acabar con su vida a través de una videollamada a la que invitó a su hermana y su ex pareja. Luego de entablar una pequeña conversación con ambas, Viktor se ahorcó.
En medio de la llamada, al percatarse de lo que estaba pasando, Diana Zeilisa, hermana de Viktor y su expareja avisaron a emergencias. Diana aprovechó que no había mucha distancia entre su casa y la de su hermano, en Stoke-on Trent, Inglaterra, y corrió tan fuerte como pudo, pero al llegar la policía estaba en la sala y los paramédicos le habían declarado muerto.
Viktor, trabajaba en un almacén, al que no había querido asistir, días previos a su acto suicida. Nunca le diagnosticaron ninguna enfermedad mental, pero se supo que sus padres habían muerto solo con una semana de diferencia, algo que tal vez habría impactado mucho en su vida.
«Fui a ver a Viktors para darle algo de comida. Estaba hablando de dejar la cerveza porque tenía una buena relación con su jefe y quería volver a trabajar. Teníamos una buena relación«, dijo Diana.