El cine de acción suele ser bastante cíclico. Cada cierto tiempo termina hundiéndose en una ola de clichés, repetitivos tanto en cuanto a las formas de filmar las escenas de acción como en los estilos de coreografías y los estilos de edición. En 2014 esto había pasado con la cámara manual y el estilo de edición rápida diseñado por la trilogía «Bourne» de Matt Damon y el director Paul Greengrass.
Pero ese año Keanu Reeves prestó sus talentos a Chad Stahelski, su doble de acción durante la filmación de «Matrix», en la cinta «John Wick». La historia de un ex sicario que decide tomar venganza sobre los asesinos de su perro puede parecer demasiado ridícula, y en la superficie lo es, pero la actuación de Reeves y la experiencia del director como jefe de equipos de dobles en proyectos como «El cuervo» y «Buffy la cazavampiros» sirvieron para dejar una profunda impresión en los espectadores.
Tomas largas y una cámara fija que permitían ver las intensas coreografías de las escenas de acción. La cinta además usaba estás coreografías para mostrar la eficiencia del personaje de Wick, así como la falta absoluta de remordimiento en sus acciones. Sumados con algunas decisiones estilísticas con elementos de cine negro el resultado fue una película de acción distinta al resto de sus iguales en la epoca.
El éxito en taquilla y con la crítica permitió dos secuelas, que de nuevo reunieron al director con Reeves. El tercer capítulo de la saga, que hoy se transmite en «La Cuatro» es quizás el más inventivo con sus coreografías de acción. Mostrando como las acciones del personaje principal lo convirtieron en el blanco más codiciado dentro de su particular mundo de asesinos a sueldo.
Por ahora la saga tiene planeada al menos dos entregas más, aunque su filmación tuvo que retrasarse debido a la pandemia, con la fecha de estreno de la cuarta planteada para mayo de 2022.