La Policía Nacional colombiana y el ejército de esa nación han destruido 19 trochas (caminos irregulares), por los que entran a su país, contrabando y migrantes en la frontera de Cúcuta departamento de Santander.
Con la ayuda de retroexcavadoras, máquinas y volquetas, las autoridades colombianas tratan de frenar el arribo a su territorio de más de 2 mil migrantes diarios, así como el contrabando de mercancía seca y otros. La medida parece inocua a las mafias de contrabandistas, una vez que según la propia legislación colombiana, todo el combustible que llegue a tierras colombianas proveniente de Venezuela, puede ser vendido sin ninguna restricción en plena vía pública.
Tal contradicción se suma al hecho de la existencia de la resolución número 8 del Banco Central de Colombia del año 2000, la cual autoriza el intercambio directo de monedas con los países vecinos, sin pasar por el dólar. Esta establece una doble legislación sobre el intercambio de monedas en Colombia que da carta franca a las casas de cambio fronterizas para establecer su propia tasa de cambio con monedas extranjeras, es decir, que el precio de monedas extranjeras tienen un valor en la frontera y otro en el centro del país.
“La ampliación de la Fuerza Pública es fundamental. Lo que ha hecho el Estado colombiano es actuar con solidaridad y generosidad con los venezolanos, pero también debemos decirle a la ciudadanía que esto lo seguiremos haciendo en un marco de seguridad y de un control riguroso, muy ajustado a la defensa de los derechos humanos”, explicó Felipe Muñoz, coordinador de este plan.