El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha dado orden al Ejército de comenzar la ofensiva terrestre sobre la Franja de Gaza, según un comunicado oficial citado por la agencia Reuters. «Netanyahu y el ministro de Defensa han ordenado a las fuerzas de seguridad comenzar una operación terrestre que tendrá como objetivo los túneles que van desde la Franja hacia Israel«, añade el comunicado.

Israel tiene desde hace días miles de soldados preparados en torno a la Franja, tras haber movilizado a varias decenas de miles de reservistas. Esta es la tercera ofensiva militar contra la Franja desde las navidades de 2008-2009, cuando la invasión terrestre terminó con más de mil palestinos y 13 israelíes muertos. La última operación, en noviembre de 2012, fue desde el aire y mar pero no por tierra. Murieron casi 170 palestinos y seis israelíes.

«Queremos atacar la infraestructura terrorista de Hamás en múltiples áreas alrededor de la Franja», ha declarado el portavoz del Ejército israelí Peter Lerner a los periodistas.

Las cinco horas de alto el fuego humanitario entre el Ejército israelí y las milicias palestinas de Gaza concluyeron a las tres de la tarde del jueves con el elocuente y sonoro lanzamiento de un cohete palestino hacia Israel. Poco después empezaron los cañonazos navales sobre la franja, que suenan como un eco inverso: a lo lejos, la detonación del disparo, al que sigue poco después la explosión del proyectil en tierra firme. Los bombardeos israelíes sobre la franja de Gaza habían matado a más de 230 palestinos hasta anoche. Por la tarde, uno de los cohetes “de aviso” que la fuerza aérea israelí dispara antes de bombardear las casas particulares de los gazatíes mató a tres hermanos que jugaban en la azotea: Wesim (6 años), Yihad (7 años) y Fullah Sheheibar (10 años). Otra niña murió bajo las bombas al sur, en Jan Yunis.

En Israel impactaron de nuevo cohetes y morteros, que no causaron fallecidos. En diez días de hostilidades ha muerto un israelí por fuego palestino.

En paralelo a los ataques, Israel y Hamás negociaban en El Cairo a través de intermediarios.

La franja palestina pareció un lugar casi habitable entre las diez de la mañana y las tres de la tarde, cuando vecinos como los niños Mahmud y Qasi se echaron a la calle para cumplir con sus obligaciones tras diez días de implacables bombardeos israelíes. A las riendas del carro de mulas de su padre, los chicos se dirigieron a entregar un cargamento de verduras en el mercado. Su padre quería aprovechar la tregua para trabajar en la huerta, al norte de la franja. Alrededor de los chicos, un intenso tráfico de coches certificaba lo que parecía la resurrección de la ciudad. Solo duró cinco horas. A su término, los niños palestinos muertos por las bombas de Israel alcanzaban los 45.

Info. El País.

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