“España ocupa una posición destacada en esperanza de vida al nacer, pero ahora el reto es alcanzar años con buena salud”. Así lo ha asegurado la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, en la presentación del número especial de la revista Scientific American, en la Fundación ProCNIC, en la que ha acompañado al cardiólogo y director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) Valentín Fuster y a la que también ha asistido la secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela.

Según ha anunciado el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en un comunicado, en este monográfico de la publicación científica se recogen las 12 recomendaciones del doctor Fuster para promover la salud cardiovascular en todo el mundo.

Para conseguir el objetivo de ganar años de salud, la ministra ha explicado que España ha puesto en marcha la Estrategia de Prevención y Promoción de la Salud y la Estrategia de Abordaje de la Cronicidad, prioridades incluidas en el Programa nacional de Reformas 2014. Porque “somos conscientes de la importancia que tiene el estado de salud en la población para construir una economía productiva, social y de empleo y prosperidad”.

A pesar de los avances experimentados por la medicina en los últimos años, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en todo el mundo, y “España no es una excepción”. El 68 por ciento de la población española por encima de los 55 años tendrá un infarto de miocardio o infarto cerebral en el curso de 30 años (el 75 por ciento, hombres).

La obesidad y la alta presión arterial, el colesterol elevado, el tabaco, el sedentarismo, la edad y, por último, la genética, son aspectos determinantes en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares que son tratables y reversibles, frente a otras patologías.

Las cifras evidencian que si se tienen más de dos factores de riesgo, la posibilidad de un infarto de miocardio o cerebral en los próximos 10 años es de un 25 por ciento, por lo que mejorar nuestra conducta genera importantes beneficios para nuestra salud.

“La buena noticia”, ha dicho la ministra, “es que las enfermedades cardiovasculares son, en gran medida, prevenibles”. Hacer ejercicio físico, evitar el tabaco y una mejor nutrición son algunas de las recomendaciones que deben estar muy presentes en las distintas etapas de nuestra vida.

La ministra también se ha referido a la importancia de fomentar la detección precoz y de reducir los efectos negativos una vez que se ha manifestado la enfermedad. De ahí la necesidad de la Estrategia de Cardiopatía Isquémica y la Estrategia de Ictus del Sistema Nacional de Salud, que son “permanentemente sometidas a evaluación en base a la evidencia científica”.

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