La sección de baloncesto blanca perdió por segundo año consecutivo la oportunidad de lograr la novena Copa de Europa.
El Real Madrid sucumbió ante el Maccabi en la prórroga por 86-98 ante todo pronóstico dejando escapar una vez más el título más importante del baloncesto a nivel europeo. El arranque fue algo dubitativo para el conjunto español que sufrió en la pintura ante los kilos del enorme Schortsianitis y comenzó 7-13 abajo. Sin embargo, los ajustes de Laso y la entrada de Felipe y el Chacho, permitieron al Real Madrid desplegar su mejor versión y colocarse 33-22 a falta de 4 minutos para el descanso. Ese tiempo restante sirvió para rehacerse a los siempre luchadores israelíes y marcharse a los vestuarios con 35-33 abajo.
La segunda mitad dibujó una final igualadísima en la que ninguno de los dos equipos se escapó en el marcador. Lo malo para los blancos fue que Rice entró en calor, se echó el equipo a la espalda y empezó a anotar de todas la formas y a destrozar la defensa madridista. Bouroussis hizo soñar a los suyos anotando dos tiros libres que empataban el partido a 73-73 a falta de 20 segundos para el final. El Maccabi no anotó y el partido se fue a la prórroga. En ese momento, llegó el momento de Rice que con 10 puntos seguidos y una magnífica asistencia dejó sentenciada la final y borró de un plumazo las esperanzas blancas de levantar por fin la novena Copa de Europa. Como ya ocurrió el año pasado, el Real Madrid se ha vuelto hacia la capital sin el ansiado trofeo continental, y aunque todo el mundo reconoce que su juego a lo largo de toda la competición ha sido el mejor, y probablemente se mereciese el campeonato, la decepción en los jugadores ha sido mayúscula y ahora sólo les toca levantarse y pensar en la Liga ACB.