Los separatistas prorrusos del Este de Ucrania acusan a los investigadores de la OSCE (organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) capturados ayer en la frontera de ser «Espías de la OTAN», por lo que exigen la liberación de sus compañeros retenidos, según explicaba, Denis Pushilin, uno de los líderes de separatistas. «La gente de la OSCE no será liberada. Haremos un intercambio», añadía. Moscú, como miembro de la Osce, hará todo lo posible para liberar a los ojeadores retenidos desde ayer en la región de Sloviansk.

Los ojeadores detenidos son 8, según un tweet publicado por la Organización de Cooperación y Seguridad: cuatro alemanes, un checo, un polaco y un sueco. Sin embargo, según el gobierno ucraniano el número baja a 7, a las que hay que añadir 5 miembros de las fuerzas armadas de Kiev, que también han sido secuestradas.

Mientras el G7 – formado por Francia, Germania, Giappone, Italia, Regno Unito, Canada e Stati Uniti-, afila las armas. La preocupación por la situación Ucraniana no hace más que aumentar, por lo que han decidido imponer nuevas sanciones a Moscú, que podrían ponerse en marcha ya a partir del lunes y que podrían suponer fuertes pérdidas para la economía rusa. Tensiones y gastos que han llevado a Standard & Poor’s a cortare disminuir il rating de Rusia, mientras la inflación no deja de crecer.

Mientras apoyan las medidas adoptadas por el gobierno de Kiev que respetan los principios del tratado de Ginebra, el G7 critica la actitud rusa: «No han dado ningún paso concreto en favor del acuerdo». Mientras siguen pensando a las sanciones recuerdan a Vladimir Putin que la puesta del diálogo está siempre abierta para alcanzar una solución diplomática.