El Barça está más vivo de lo que muchos hubieran imaginado semanas atrás. Los azulgranas, de la mano de unos soberbios Leo Messi y Andrés Iniesta, asà lo demostraron tras ‘asaltar’ el Santiago Bernabéu con un 3-4 que pone la Liga patas arriba.
El inicio de partido fue trepidante. El Barcelona se puso el traje de las grandes noches, el mismo que parecÃa estar desaparecido del armario culé, y bajo el mando de Iniesta desarboló al Real Madrid con su juego de toque. De hecho, el manchego inauguró el marcador en el minuto siete con un tiro cruzado tras aprovechar un gran pase de Messi.
Los azulgranas se sentÃan cómodos en el césped del Bernabéu y, con un rival aún un poco en estado de shock por el primer gol, pudieron casi dejar sentenciado el partido en esos minutos. Sin embargo, ni Neymar primero ni Messi después supieron aprovechar las claras ocasiones que tuvieron ante Diego López.
Se suele decir que el que perdona lo paga y esta máxima es aún más cierta cuando enfrente se tiene a un equipo como el Real Madrid. Tras las ocasiones azulgranas, los blancos se rehicieron y comenzaron a ser un vendaval en ataque. Especialmente gracias a Ãngel Di MarÃa, que estuvo inspiradÃsimo y que fue una constante pesadilla para Dani Alves, que veÃa como una y otra vez le desbordaba el argentino.
De hecho, Benzema aprovechó para empatar el encuentro en el minuto 20 tras una gran asistencia del argentino. En esos momentos la defensa catalana hacÃa aguas por todos lados y buena fe de ello es que tres minutos más tarde Benzema volvió a marcar en una jugada calcada a la del primer gol.
Daba la sensación en esos instantes que el Barça era un juguete roto ante un Madrid con hambre de humillar a los culés y de paso eliminarles en la lucha por la Liga. Asà fue como el Barça, sobreviviendo como pudo a los ataques blancos, vio como le sonreÃa la fortuna antes del descanso cuando una combinación entre Neymar y Messi dentro del área acabó con el empate del argentino.
El arranque de la segunda mitad volvió a ser tan trepidante como el que fue la primera. El árbitro Undiano Mallenco, ávido de tener también su correspondiente cuota de protagonismo, decretó en el minuto 57 como penalti una falta que habÃa cometido Dani Alves sobre Ronaldo fuera del área. El luso, hasta entonces desaparecido en combate, no falló desde los once metros y adelantó al Real Madrid.
Los blancos entonces no supieron administrar su ventaja y, debido a que en ningún momento Luka Modric y Xabi Alonso lograron controlar el partido, decidieron jugar al correcalles que propuso el Barça. De ahà salieron perdedores cuando Messi vio una gran diagonal de Neymar para dar un pase al brasileño que le dejaba solo ante Diego López. Sin embargo, cuando Neymar se disponÃa a disparar al meta madridista cayó al suelo cuando notó un contacto de Sergio Ramos dentro del área.
Mallenco decretó penalti y expulsión del defensor andaluz por ser el último hombre de la zaga blanca. Messi no desaprovechó la ocasión para poner el empate a tres. CorrÃa el minuto 65 y la jugada cambió totalmente el partido. Ancelotti optó por meter a Raphael Varane en lugar de Benzema para guardar, al menos, un empate que les seguÃa dejando lÃderes y el Barça se dio cuenta que era su momento.
Los azulgranas avisaron de sus intenciones con un disparo al palo de Alves. Iniesta y Messi se pusieron a trazar diagonales y dibujar espacios en la defensa rival hasta que en el minuto 84 Alonso y Dani Carvajal hicieron un sándwich al manchego dentro del área que Undiano Mallenco consideró como penalti. Messi no falló la pena máxima y estableció el definitivo 3-4 que pone la Liga patas arriba con un Barça revivido en el Bernabéu, con un Atlético al que el resultado del Clásico le deja como lÃder y con un Real Madrid que este domingo se dio cuenta que ganar el tÃtulo no va a ser tan sencillo como a priori se presuponÃa.